Exclusivo
Actualidad
Las dos caras de los mercados
Dentro existen estrategias para controlar el cumplimiento de medidas de bioseguridad. Sin embargo, en los alrededores no hay distanciamiento para evitar la COVID-19.
Lavamanos, bandejas de desinfección, trajes de bioseguridad y mascarillas bien puestas forman parte del día a día en los mercados de la capital. Sin embargo, en los exteriores la realidad es otra: comercio informal, aglomeraciones, narices e incluso bocas descubiertas se evidencian en los alrededores de centros de abasto de Quito como San Roque, en el centro, el más grande y con mayor afluencia.
Situaciones que han hecho de la zona un foco de infección del coronavirus. Dentro de los centros de comercio, los controles son rigurosos y se han intensificado en los últimos días, sobre todo ahora que los niveles de contagio, una vez más, se han incrementado en la ciudad.
Así lo confirma Juan Báez, presidente de la Federación de Mercados de la capital. “Cada vendedor debe contar con gel y una bandeja de sanitización en su puesto y brindar al cliente toallitas, si las necesita”, confirma el dirigente.
Al momento, los 56 mercados y ferias que existen en Quito están operativos y cumplen con las medidas de bioseguridad para evitar la enfermedad, que al momento registra 58.029 casos, según el Ministerio de Salud Pública.
Báez destaca que en el interior de los centros de abasto han optado por alternar el funcionamiento de los puestos. Esto quiere decir que si en un mercado existen 20 negocios, 10 operan un día y los otros 10 al siguiente
También detalla que en las últimas semanas no han presentado nuevos contagios. Sin embargo, todos los ‘caseritos’ conocen el protocolo que deben seguir si alguno da positivo por COVID-19. “Lo primero es informar a la administración. Luego se hace un cerco epidemiológico con los puestos cercanos. Se aísla a las personas y se fumigan los espacios”, detalla Báez.
Las pruebas de coronavirus son realizadas permanentemente en los mercados de la capital. Sin embargo, Báez no tiene control de lo que ocurre en los exteriores. Las ventas informales, además de reducir los ingresos para los vendedores de los mercados, representan “un riesgo para la salud pública”, agrega.
Mascarilla bien puesta
Martha Chiluiza, presidenta de la Asociación 2 de Diciembre del Mercado San Roque, coincide con el dirigente respecto a que se han doblado los esfuerzos para controlar las áreas internas de estos lugares. El uso de mascarilla “bien puesta” es un requisito fundamental tanto para los vendedores como para los clientes. Incluso se supervisa que los cargadores cumplan con la medida.
Otra medida que se mantiene en ese espacio es el control térmico y la desinfección en los ingresos al centro de comercio. “Esto impide que los clientes traigan el virus desde afuera. Nos cuidamos mutuamente”, asegura.
En el área donde se comercian productos cárnicos se ha implementado una especie de vitrinas para mayor protección. “Nosotros debemos dar ejemplo a los clientes. Es la única forma de que ellos vean lo cuidadosos que estamos siendo... De lo que pase afuera no podemos hacer nada”, concluye.
Controles en el Mercado Mayorista
Ayer en la madrugada, 150 uniformados participaron en un operativo de control en el Mercado Mayorista, en el sur de Quito.
Entre los puntos que supervisaron estuvo la adecuada provisión de alimentos, ya que ese punto distribuye a la mayoría de centros de abasto y otras plataformas de la ciudad. Por esto se deben cumplir las medidas de salubridad e higiene.
Otro punto que monitorearon los uniformados fue el cumplimiento del distanciamiento social y de las normas de bioseguridad.
Al momento, el Mayorista se enfrenta a dos problemas: la presencia de comerciantes no regularizados y la aglomeración de vehículos que dan lugar a actos delictivos. La Secretaría de Seguridad del Municipio trabaja para mitigar esas situaciones.