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¡Don Rosendo volvió a sonreír!
Por un reportaje publicado en nuestra edición del sábado conocieron de la tragedia ocurrida con el comerciante. Ayer lo visitaron para brindarle ayuda.
A las 12:00 de ayer lunes, luego de 96 horas del saqueo que lo dejó en la ‘bancarrota’, Rosendo Herminio Maldonado Carabajo volvió a sonreír.
El hombre de 67 años alberga la esperanza de que en pocos días podrá ‘levantar’ su negocio y atender a sus clientes como lo ha hecho desde hace 41 años.
El pasado jueves Rosendo fue uno de los cientos de perjudicados cuyos negocios fueron saqueados por vándalos, con el pretexto del paro nacional convocado por transportistas. El monto que perdió Maldonado supera los 300 mil dólares.
El comerciante recibió ayer la visita de representantes de una entidad bancaria, que conocieron de su tragedia por un reportaje publicado el pasado sábado en Diario EXTRA. Luego de contactarse con Rosendo por teléfono, lo visitaron para darle una buena noticia: podrá acceder a un crédito bancario para que en poco tiempo pueda habilitar su negocio.
Esto lo puso ‘felizote’, aunque en el fondo le preocupa, ya que por su edad lo asusta tener una deuda y no poder cancelar las mensualidades. “Me siento feliz y contento porque podré continuar con mi negocio. La noticia me ha reanimado”, comentó Rosendo mientras, cogido de la mano de su esposa Lucila Muñoz, recorría el espacio donde funcionaba su comercio.
Maldonado dijo que aún desconoce cuánto necesitará para equipar su local, pero lo primero que desea es reforzar la seguridad, pues el sector es peligroso y han recibido amenazas. “He vivido días de zozobra, terribles, incluso estuve internado. Soy hipertenso y la situación agravó mi salud. Aún siento una aflicción en el pecho”, reveló con preocupación el adulto mayor.
Según Rosendo, en caso de recibir la ayuda, piensa comenzar con un pequeño negocio.
Maldonado indicó que nunca creyó necesario asegurar su negocio, porque por su cabeza jamás pasó vivir una situación como la acontecida el pasado 3 de octubre.
Confesó que debe casi seis mil dólares a los proveedores, ya que un día antes del saqueo adquirió mercadería navideña, como ropa y adornos.
“La angustia y desesperación de ese día son difíciles de olvidar. Nos agredieron, nos robaron. Era una turba enardecida. Dañaron las seguridades de mi local. Llegaron con troncos, piedras, palos para a la fuerza llevarse todo, vitrinas, congeladores, cajas registradoras, gavetas con productos”, rememoró el perjudicado.
Por su parte Lucila, la mujer con la que ha compartido 48 años de relación, la madre de sus dos hijos y su compañera de lucha, compartió el pesar de su esposo: “Él ha estado mal, el negocio ha sido su vida, se sintió impotente, ya que nunca pudimos hacer nada con tanta gente que se nos metió”.