El dilema de hace 20 años no termina en el barrio Puerta del Sol, norte de Quito. La quebrada Carretas sigue desmoronándose en medio de la angustia de los moradores. El temblor del pasado sábado puso a rezar a Yolanda Echeverría, pues su casa es una de las 41 que están en riesgo crítico en esa hondonada. “Todos los vecinos salimos corriendo a ver cuánto de tierra cayó”, contó a EXTRA.

Antes del sismo, los pobladores reportaron que hubo un deslizamiento importante en la zona. El miedo volvió. “Fue el 11 de julio a la madrugada. Hubo un fuerte estruendo”, agregó.

La Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (Epmaps) inició las intervenciones en septiembre de 2022 con una inversión de dos millones de dólares. “Necesitamos que se cumpla con los tiempos y que no se tome en cuenta solo la erosión de las aguas servidas, sino del viento”, dijo Estefanía Pabón, moradora del sitio y representante del Colectivo Luchando por las Quebradas.

Para ella, aunque ya en 2021 se declaró en emergencia esa quebrada, los avances no son mayores y con el cambio de administración municipal “los procesos vuelven a cero”. “Había ya funcionarios que tenían claro el panorama de todo, pero ya no están”, relató.

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La semana pasada, el colectivo se reunió con las nuevas autoridades municipales, excepto el alcalde Pabel Muñoz, y la conclusión fue que hay que hacer nuevas inspecciones.

LOS TRABAJOS

Según la Epmaps, los trabajos consisten en 2 captaciones, 200 metros de túnel de 2.00 x 2.60 metros de sección, 75 metros de túnel de 1.20 x 2.00 metros de sección, dos estructuras y una descarga. El objetivo de la obra es que ya no corra agua por la quebrada sino por el túnel construido. “Se necesita también que se haga mantenimiento al enrocado”, insistió Pabón.

Aseguró que los plazos no se han cumplido, pues los vecinos esperaban la obra para mayo pasado. El 11 de julio, el Cabildo emitió un comunicado informando que el proyecto tiene el 90 % de avance y que estará listo a mediados de agosto.

En julio de 2020, Hugo Yépez, sismólogo y vulcanólogo, emitió un informe para el Municipio sobre esta quebrada. Allí se concluyó que las viviendas fueron construidas en una zona donde la regulación urbana sí lo permite, pero que ha ido perdiendo parte del terreno debido a los procesos erosivos. Además, se anota que las soluciones de las administraciones municipales han respondido solo a la emergencia, sin que sean efectivas o duraderas.

EL EXPERTO

Martín Bustamante, experto en quebradas, explicó que tanto en Carretas como en otras existe sobre todo un riesgo biológico. “La gente vive al lado de cloacas porque no hay un sistema verdadero de alcantarillado. Eso es de años”.

Entre las enfermedades están las respiratorias, dolores de cabeza por los olores y otras transmitidas por roedores, perros y gatos. También hay implicaciones sociales, pues la gente pierde espacios para construir comunidad o de aglutinamiento social.

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