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Desesperación, rabia y lágrimas viven familiares de reos tras última masacre en la 'Peni'
13 reos asesinados, 18 heridos y enfrentamientos entre familiares de los reclusos y policías: ese es el saldo de la última masacre en la ‘Peni’ de Guayaquil. Un padre viajó desde Quito para saber de su hijo, quien ya se había salvado de la masacre en Latacunga
Iván Quisphe recorrió 422 kilómetros y viajó más de 7 horas con los nervios de punta y rogándole a Dios que por segunda ocasión Édgar Andrés, el mayor de sus dos hijos, no haya sido una de las víctimas mortales de una nueva masacre carcelaria.
El quiteño, de 53 años, y su hermano llegaron a Guayaquil a las 09:00 del jueves 6 de octubre de 2022, procedentes de la capital. Sin dormir ni desayunar, se encaminaron hasta el Centro de Privación de Libertad Guayas N.º 1, ubicado en el kilómetro 16,5 de la vía a Daule.
En los exteriores de la prisión porteña clamaron por información de su ser querido, quien desde el pasado martes, tras la masacre en la cárcel de Latacunga que dejó 16 reos muertos, fue trasladado hasta este centro carcelario, donde hasta ayer se contabilizaban 13 reclusos muertos y 18 heridos. Cinco policías también resultaron con lesiones.
Los enfrentamientos se habrían producido entre los reclusos del pabellón 2 (Chone Killers) y 3 (Águilas), quienes se unieron para atacar el pabellón 9, donde guardan prisión Los Lobos, protagonistas de la violencia desatada en el reclusorio de Cotopaxi.
“Mi hijo fue traído a la Penitenciaría, pero nunca nos informaron, me enteré por un video colgado en una cuenta de TikTok. Un funcionario del SNAI. (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores) dio los nombres de los reos que fueron llevadas a otra prisión del país. Me lo trajeron a otra cárcel donde la situación es igual o peor”, expresó con preocupación el progenitor.
Recordó que por las noticias se enteró de la matanza de los privados de libertad en Latacunga y que viajó a dicha ciudad para conocer el estado de su vástago. Sin embargo, nadie le informó del traslado y ahora se repite su agonía, pues tampoco conoce cuál es la situación de su hijo y a qué pabellón fue llevado.
SNAI
“Me han dicho que lo llevaron al pabellón 9, donde están Los Lobos, y es justamente allí donde se han producido los enfrentamientos. Mi muchacho ya se salvó de morir en la cárcel de Latacunga porque se metió a otro patio. Él estaba en área de mediana seguridad y pudo escapar de la muerte”, narró.
La guayaquileña Jocelyn Barzola Jordán comparte su padecimiento. A sus 30 años, ella conoce de cerca lo que es tener a tres familiares presos y la angustia que se padece cada vez que se desata una masacre en el centro de privación, donde ellos permanecen recluidos desde hace cinco años.
“Mi esposo y mi hermano están detenidos por tráfico de droga y mi papá por asesinato. Ellos ya están sentenciados. Estoy desde la noche del miércoles parada afuera de la cárcel rogando que alguien me dé información de mis parientes, pero nadie nos dice nada. Tendremos que irlos a buscar a la morgue”, comentó.
Minutos antes, Jocelyn protagonizó un incidente con un grupo de policías que la mañana del jueves 6 de octubre resguardaban el recinto carcelario. Enardecida por la falta de información, la joven le lanzó agua a una agente. Por su acción le rociaron gas pimienta y fue retenida por uniformados.
“Un amigo les dijo a los policías que yo estaba embarazada y por eso me soltaron. Mi acción no fue la correcta, pero es producto de la desesperación, porque no nos dan información”, contó.
El túnel de la muerte
El coronel Armando Padilla, coordinador del SNAI, manifestó que tras las detonaciones suscitadas la tarde del miércoles se activaron los protocolos para controlar los desmanes.
“Les dimos atención inmediata a 18 PPL heridos y a los policías. Se los trasladó a una casa de salud. Tenemos un saldo de 13 personas fallecidas. Se siguieron los protocolos con cuerpos, estos fueron trasladados hasta el Laboratorio de Criminalística para los peritajes correspondientes y verificar las identidades de las personas que fueron asesinadas”, detalló.
Ocho cadáveres fueron hallados en la parte superior del sector denominado como ‘túnel de la muerte’, dos en la parte inferior, dos más en el pabellón 2 y uno en el pabellón 9. “Los PPL fueron llevados al túnel. Los del pabellón 2 aprovecharon que tenían visita y por eso pudieron salir a la parte externa. Los otros pabellones no estaban afuera”.
Padilla explicó que los cuerpos fueron retirados 12 horas después de la masacre por seguridad, tanto del personal policial como de quienes intervinieron en el proceso para controlar los desmanes. “Lamentablemente, terminado el operativo a la 01:00 (del jueves), por seguridad, seguimos con el procedimiento para extraer los cuerpos en el día”.
Hasta el cierre de esta edición aún se desconocía la identidad de los reclusos fallecidos y si el número de víctimas mortales había aumentado.