Una hoja de vida más entre miles entregadas como si fuesen volantes publicitarias. Un intento más en dos años sin empleo. Una esperanza por la que se madrugó para salir de casa antes de las 04:00. Todo por conseguir un empleo, para algunos, “de lo que sea”, pero que los contraten.

Lo vivido la mañana del pasado jueves 12 en los exteriores y en el área de parqueo del centro comercial Mall del Río, en Guayaquil, hasta donde llegaron unas 4.000 personas en respuesta a una convocatoria en busca de personal para trabajar en diferentes áreas, es un reflejo claro de la crisis laboral que sufre el país.

“Es claro lo que sucede: el esfuerzo de estudiar y de querer superarse no se ve reflejado en el nivel salarial ni en las oportunidades laborales. Por eso es que muchos jóvenes terminan decepcionados de todo”, asegura Héctor Delgado, analista económico y docente universitario en la Universidad Espíritu Santo (UEES).

Y es que entre los miles de aspirantes que llegaron había de todo: estudiantes de colegio y universidades, recién graduados, profesionales, padres y madres de familia, algunos de ellos incluso llevando a sus hijos en brazos.

'Pilas' con esto: Las once formas usadas para camuflar el dinero del narcotráfico en Ecuador

Los había desde los 17 años hasta más de 50. “Por si acaso haya chance, porque ya a mi edad no encuentro nada”, justificó Luis Obando, de 49 años, mientras observaba desde una escalera de metal el ‘relajo’ que se formó en la puerta de acceso a las oficinas donde se recibiría a los aspirantes, con su hoja de vida, para las respectivas entrevistas.

El consultor financiero y analista económico Christian Idrovo lamenta que “el tejido social se ve muy afectado por la falta de empleo, el estudiar siempre será para el crecimiento, pero al no haber cómo llevar el pan a la casa, se origina todo este desencadenante que lleva a muchos a buscar otros caminos, nunca justificables, pero que ocurre”.

Y es eso de lo que muchos se quejaban en la extensa fila de aspirantes a conseguir uno de los 350 puestos de trabajo ofrecidos por el supermercado, para su nueva sucursal que prevé abrir en el secyor de Los Ceibos, considerado un sector de nivel socioeconómico alto, ubicado en el noroeste de Guayaquil.

Y ante esas quejas, Idrovo, quien también es catedrático universitario, agrega que es muy probable que la tasa de desempleo real, "me refiero a la de la calle, no la de las estadísticas simples, deben estar por el 5% y eso ya es duro de enfrentar".

El llamado de la oferta laboral lo hizo a través de redes sociales la cadena Coral Hipermercados. Según el detalle, se recibirían las hojas de vida para aplicar a los puestos para: perchas, cajas, panaderías, atención al cliente, carnicería, ferretería y bodega.

Ponle atención a esto: Guayaquil: Atento, así es como debe medir su vivienda por plan de regularización

Sin embargo, para muchos como Mirella García, de 23 años, no importaba en qué área trabajar, lo importante era que la contraten. “En lo que sea”, justificó ella, mientras su amiga Tamara quería “aunque sea de cajera”.

Para el sociólogo Gabriel Castro, “el desempleo en Ecuador, especialmente entre los jóvenes, es un desafío complejo. Los jóvenes representan al 69% de la población y la falta de oportunidades laborales puede tener un impacto desproporcionado en este grupo etario (...) Esto puede generar frustración, estrés y una sensación de inseguridad personal”, advierte.

Y eso precisamente es lo que mostró Rocío Montaño, una madre de familia que acompañó a sus dos hijos a la feria laboral y que terminó indignada. Al ver que todo era un desorden y que mucha gente se metió en la fila, ella reclamó a nombre de sus hijos, "porque todos queremos conseguir trabajo"

Su reclamo terminó entre lágrimas y una queja que resumía lo que muchos vivieron ahí: “Esos jóvenes (sus hijos) están ahí, madrugaron para buscar a venir a buscar un empleo aquí y me duele el alma como madre, yo quiero que mis hijos trabajen. Se graduaron, ahí tienen los títulos ¿y? ¿Qué les espera? Estar metidos en una casa sin empleo, como están todos estos miles de jóvenes que están aquí”, sentenció la mujer.

Y en ese punto, Castro, quien también es profesor de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Estatal de Milagro, agrega que "esto puede afectar la salud mental y el bienestar emocional, lo que incluso podría necesitar de la intervención psicológica; pero también el desempleo puede tener un impacto en las relaciones familiares y sociales, aumentar la presión sobre las familias y hasta llevar a la disminución de la autoestima y la autoconfianza al interno del núcleo familiar".

Con esa opinión coicide el economista y máster en administracion de empresas Héctor Delgado, quien recalca que ante la falta de oportunidad laboral "muchos jóvenes se decepcionan y piensan en irse, generando dos problemas más para el país: la fuga de cerebros, personas que van a dar su conocimiento a otros países, y el que haya menos personas jóvenes afiliadas al Seguro Social, lo cual pone en riesgo la sostenibilidad del sistema de pensiones y jubilaciones".

Al final de todo en la búsqueda de trabajo, entre quejas, lágrimas y la esperanza de conseguir algo, no todos pasaron a la entrevista de empleo. Según Pablo Ulloa, gerente de talento humano de Coral Hipermercados, se hablaría con unos 500 aspirantes ese día.

El resto, a entregar sus carpetas o sobre manila con hojas llenas de descripciones sobre estudios realizados, títulos obtenidos, cursos de capacitación, conocimientos en el manejo de tal o cual programa informático, experiencias previas y demás detalles que tratan de mostrar, a quien lo elabora, de tener la suficiente capacidad para aspirar a un empleo. “Aunque sea de cajera”, como ansiaba Tamara, o “en lo que sea”, como se resignaba Mirella.

¿Quieres acceso a información de calidad y de forma ilimitada? ¡SUSCRÍBETE!