Si se hiciera una película sobre el hallazgo realizado este miércoles 31 de julio por la policía en el noroeste de Guayaquil, el título más adecuado sería ‘El subterráneo del terror’. Y es que en una vivienda encontraron un área por debajo del nivel del suelo, que servía para tener a personas secuestradas. ¡Así de impactante!

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El domicilio es uno de los cinco que fueron intervenidos por agentes del distrito Nueva Prosperina, durante un operativo ejecutado en todos los circuitos que componen esa zona de la ciudad: Monte Sinaí, Nuevo Guayaquil, Flor de Bastión, Nueva Prosperina, El Fortín y Paraíso de la Flor.

Aquel espacio tiene una altura suficiente para que una persona de buena estatura pudiera estar de pie: unos 2,10 metros. También cabían dos camas pequeñas y hasta se había instalado un lavadero.

En el momento en que los policías ingresaron había un colchón, además de ropa tirada por todos lados, agua en botellas, una escoba, dos cestos y un ventilador.

El teniente coronel Roberto Santamaría, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, comentó que las bandas delictivas buscan estos sectores, caracterizados por ser de difícil acceso, para cometer sus fechorías. Además, si en una casa de estos lugares hay un subterráneo, se vuelve aún más difícil para un secuestrado pedir ayuda.

Predios como ese no pertenecen a los criminales, explicó Santamaría. Lo que hacen es que se los arrebatan a las familias que anteriormente residían en esos inmuebles. Actualmente, en una rutina de horror, los pillos señalan las casas que están por ser tomadas, intimidando a sus verdaderos ocupantes.

“Este tipo de viviendas las identifican y las señalizan con una R, que simboliza el alias de Rastra, y con esa señal están amedrentando a los propietarios para que salgan”, detalló el uniformado.

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Este miércoles, un ciudadano al que criminales le quitaron su casa hace un año en El Fortín, pudo recuperar la propiedad debido a dicha intervención policial. En su testimonio, la víctima contó que lo amenazaron para que abandone su hogar.

“Me dijeron que la casa ya pertenecía a la organización Los Tiguerones”, contó el afectado, mientras observaba el trabajo de los uniformados.

La víctima, quien vivía con su familia (tres personas más), tuvo que mudarse fuera de Guayaquil para estar seguro. Una dura realidad para él, tomando en cuenta que, antes de su tragedia, vivió 30 años en la zona sin ningún contratiempo. “Dudo que vaya a regresar, a lo mejor pongo en venta la casa”, comentó.

En el operativo también se detuvo a cuatro personas, una de las cuales es un menor de edad. Todos serían del grupo delictivo Los Tiguerones.

Adicionalmente, entre otras evidencias incautaron 81 cámaras con resolución 4K, con sistemas de infrarrojo para el seguimiento nocturno, que bandas delictivas usaban para anticiparse a los operativos policiales. 

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