Cumbayá y Tumbaco, ubicados en las afueras de Quito, se están consolidando como los destinos favoritos para quienes desean escapar del ajetreo capitalino y buscar un entorno más sereno y cómodo.

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Estos sectores están experimentando un creciente interés por parte de inversores inmobiliarios, atraídos por la demanda de viviendas que ofrecen espacios amplios y acceso mejorado a servicios de calidad.

David Gutiérrez, presidente de Oikonomics Consultora Económica, atribuye esta popularidad a su atractivo para familias y personas que desean establecer un hogar estable y duradero. Gutiérrez señala que la edad promedio de los residentes en Cumbayá es de 38 años, en comparación con los 34 años en Quito, lo que sugiere que estos valles están siendo preferidos por aquellos que ya han formado una familia o buscan hacerlo en un entorno más adecuado. Además, el 45% de los habitantes de Cumbayá están casados o en unión libre, frente al 30% en Quito.

Esta inclinación hacia un estilo de vida familiar también se refleja en los ingresos. Según la Encuesta Nacional de Empleo y Desempleo de junio de 2024, el ingreso laboral promedio en el Distrito Metropolitano de Quito es de aproximadamente 645 dólares, mientras que en los valles asciende a unos 1.150 dólares. Este nivel superior de ingresos permite a los residentes afrontar los altos precios del mercado inmobiliario en estas zonas emergentes.

Un análisis realizado por este Diario muestra que los precios de alquiler en Cumbayá varían considerablemente según el tipo de vivienda. Un departamento de una habitación tiene un alquiler promedio de alrededor de 400 dólares al mes, mientras que los departamentos de tres habitaciones pueden alcanzar hasta 1.500 dólares, dependiendo de la ubicación y las características del inmueble.

En contraste, el alquiler en el centro de Quito es notablemente más bajo: un departamento en esta área cuesta aproximadamente 260 dólares, y en barrios como La Floresta o la avenida América, los precios empiezan en 160 dólares, dirigidos principalmente a solteros o estudiantes.

La diferencia en el costo de vida también se refleja en los precios de los alimentos. En Cumbayá, los precios en supermercados y tiendas suelen ser más altos. Wilson Torres indica que sus compras en grandes supermercados le cuestan unos 50 dólares más al mes en comparación con las tiendas locales, debido a los elevados precios de frutas y verduras.

En Quito, Ana Torres, residente de la avenida Colón, afirma que puede abastecerse de productos para todo el mes con 100 dólares, gracias a la cercanía de mercados municipales que ofrecen precios más bajos.

En términos de alimentación, Cumbayá también presenta precios más altos. Un almuerzo en los restaurantes de esta área oscila entre 7 y 20 dólares por persona, mientras que en Quito, el costo de una comida preparada puede comenzar desde los 3 dólares.

Gutiérrez atribuye esta tendencia al desarrollo de estas áreas, que se asemeja al crecimiento de los suburbios en otras partes del mundo. Este desarrollo ha llevado a la expansión de colegios privados con tarifas que pueden superar el costo de la canasta básica. Alejandro Altamirano, gerente de una empresa, destaca que los altos costos educativos en Cumbayá se deben a los servicios y programas internacionales que ofrecen las instituciones, brindando una educación más personalizada y diferenciada del sistema público.

En Cumbayá, es común que las familias posean varios vehículos debido a la limitada oferta de transporte público. Los residentes de Quito, en cambio, tienen múltiples opciones como buses, trole, ecovía y el metro. La falta de alternativas en los valles obliga a los residentes a recorrer distancias mayores para acceder a servicios y áreas de interés, lo que puede resultar en costos elevados. Nelly Jácome, quien viaja diariamente desde Cumbayá hasta la avenida Naciones Unidas, confirma que su trayecto puede superar los 2,50 dólares por ida y vuelta.

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