Las trabajadoras sexuales que brindan sus servicios en la plaza 24 de Mayo, en el centro de Quito, están ‘paniqueadas’ luego del asesinato de Ángela Ruiz, quien fue degollada en el interior de su casa.

El cadáver de la mujer, de 59 años, fue encontrado semidesnudo, la tarde del jueves 29 de septiembre. El teniente coronel, Deybis Silva, comandante del Distrito Manuela Sáenz, explicó que tras levantar los primeros indicios recopilaron grabaciones de las cámaras de un hotel cercano que registraron a un hombre encapuchado que salía antes del mediodía. “Se puede ver que tiene manchas de sangre en sus prendas de vestir”.

Esa noche realizaron un operativo por el sector y allanaron dos casas. Una de estas sería donde vive el asesino. Su exconviviente les dijo a los agentes que ya se había ido, pero les dio su nombre y les indicó que es venezolano.

Se presume que el hecho fue en la mañana y que el individuo intentó robarle las pertenencias a Ruiz. Ella, al resistirse, habría sido atacada.

Los agentes encontraron el cuarto desordenado y, según las compañeras de trabajo de la víctima, no estaban los dos celulares que ella utilizaba.

Miedo para trabajar

Las 27 sexoservidoras de la Asociación de Mujeres con Esperanza al Futuro que trabajan en esta zona y a la que también pertenecía Ruiz tienen miedo de que el victimario ande suelto. Valeria, presidenta de la organización, dijo que hace más de ocho años hubo varios ataques a chicas dentro de los hoteles y teme que ocurra lo mismo.

La dirigente explica que ellas se exponen a ser asesinadas porque no saben qué clase de hombres adquieren sus servicios. Ella presume que el victimario de Ruiz puede ser un cliente que analizó las condiciones en la que vivía y pretendió robarle, “pero se le salió de las manos”.

La víctima era parte de la asociación por más de 20 años y vivía en el departamento donde fue asesinada desde 2005. Se dedicaba a confeccionar ropa. En su casa tenía un pequeño taller con máquinas de coser. “Ella hacía delantales, gorros, pantalones, uniformes...”, dice Valeria.

De hecho, fue uno de sus clientes, quien fue a pedir un encargo, el que halló el cadáver. Un hombre que le mandó a coser un par de almohadas la fue a buscar la mañana del jueves.

Llamó a la puerta, pero Ruiz no salió. Solo se escuchaba la televisión encendida. Más tarde, el hombre regresó y oyó lo mismo. Empujó la puerta y la encontró sin vida.

Oración por su memoria

Era oriunda de El Carmen, provincia de Manabí, y entre las sexoservidoras era conocida como Angelita. Vivía sola, pero tenía muchos amigos y era muy querida en el sector.

Luego de que la policía se retirara del lugar, la puerta del departamento de la víctima quedó abierta. Los vecinos sacaron unas sillas de plástico, paraguas, una olla con café caliente y se sentaron afuera para cuidar las pertenencias.

Cuando anocheció, llegaron unas monjas, amigas de Ruiz, prendieron una vela en las gradas y rezaron por el alma de la mujer. Ahí se quedaron hasta que llegaran los familiares de la víctima para continuar con el proceso investigativo.

La tarde de ayer, jueves 29 de septiembre,  se llevaron sus restos hasta El Carmen.