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La Cuadra de La Aurora: Pecado en la noche y aleluya en la mañana
El mismo lugar que por las noches es utilizado para la farra, durante las mañanas de cada domingo se convierte en un lugar de adoración.
Parece chiste, pero es realidad. El mismo lugar que por las noches es utilizado para la farra con música a todo volumen, trago y baile, durante las mañanas de cada domingo se convierte en un lugar para orar, agradecer y alabar a Dios.
El sitio que acoge al pudor y el pecado es La Cuadra, una edificación que se levantó en 2017 en la avenida León Febres Cordero, en La Aurora (Daule), con la idea de ser un patio de comidas, pero hecho con contenedores; de a poco el concepto evolucionó y ahora por las noches, especialmente los viernes y sábados, se convierte en una ‘minidiscoteca’, así lo catalogan sus visitantes.
“Es el lugar ideal para ir entre panas, comer algo rico, tomarse unas cervezas, escuchar buena música y si el ambiente se prende pegarte una bailadita y lo más importante es que sí es un lugar seguro”, dice Ramón Ladines, de 24 años, quien se sorprende y hasta ironiza al enterarse de que en ese mismo sitio se levanta una iglesia. “Qué bacán, me gustaría ir, seguramente y salgo también embriagado, pero del espíritu santo”, bromeó.
Un equipo EXTRA realizó la comparativa y compartió las vivencias de este lugar el sábado por la noche y luego un domingo por la mañana.
Aproximadamente a las 21:00, el lugar se convierte en el ‘mood’ perfecto para disfrutar un fin de semana. Casi en el centro de La Cuadra están los más animados. Un grupo de personas que se levanta a bailar mientras beben algo ligero.
Un poco más alejados están unas parejas que toman sangrías agarradas de las manos o besándose. En el mismo sitio, pero un poco más distanciados, se ven a las familias disfrutando de comida, mientras los niños se divierten en los juegos infantiles. Ya para las 22:30 “empieza lo bueno”.
Una artista llega con su banda y al ritmo de canciones noventeras pone a cantar a todos. El estilo de la vocalista llama la atención: una blusa roja ajustada y pequeña, acompañada de un pantalón apretado, pero con huecos y su cabello bicolor; y como accesorio una corbata negra. A las 23:00 sonaba ‘Eternamente bella’ y todas las mujeres se levantaban de las sillas al ritmo de la música.
El buen ambiente se mantenía hasta las 00:30, cuando de a poco la gente empezaba a dejar el lugar, algunos un poco ‘entonados’, pero al final de cuentas todos felices. -FIN-
-INICIO-. Para las 08:00 de la mañana del día siguiente, los servidores de la iglesia cristiana Casa Real son los primeros en llegar. La primera consigna es limpiar todo. Hay que sacar las colillas de cigarrillo, las tapas de las botellas y pasar un trapo por donde se regó alcohol; todo ‘al vuelo’ porque a las 10:00 empieza el culto.
Fernando Andrade, pastor de la iglesia, despeja las dudas sobre realizar un culto donde el día anterior estaba lleno de baile y alcohol. “La iglesia realmente la hacemos nosotros las personas, no el lugar físico. Este sitio solo es un edificio, un lugar nada más. Un servicio (culto). Se puede hacer en una casa, en un parque o en La Cuadra. Esto no es lo más importante, lo que sí hay que tener es un corazón que venga dispuesto a recibir de Dios”, explicó.
Para él, hacer los cultos en La Cuadra ha significado críticas; sin embargo, confía que ese es un detalle menor. “Pfff, me han dado durísimo, pero vemos que la gente que viene le gusta mucho, disfrutan de la amplitud del sitio y están contentos porque sus niños tienen mucho espacio para divertirse mientras los padres reciben la enseñanza. Dios está en todos lados, no podemos limitarlo. Si la gente entendiera que Dios no habita en templos hechos por hombres, sino en nuestros corazones, las cosas fueran diferentes y principalmente las iglesias fueran diferentes”, reflexionó el pastor.
“Si estuvo el sábado aquí bailando y disfrutando, venga el domingo a la iglesia, que Dios quiere transformar la vida de todos. Dios no es religión”, agregó Andrade.
Para las 10:30 el sitio vuelve a ser una fiesta, pero ahora para agradar a Dios. Decenas de personas, con las manos arriba, adoran a Dios con cánticos diferentes a los de la noche anterior. “Jesús, por ti yo viviré, de ti nunca me avergonzaré”, cantaba la banda de la iglesia conformada por siete jóvenes.
pastor de la iglesia Casa Real
Cerca de las 11:00 empezaba la prédica principal que en un tono amable y divertido, casi como acoplado al lugar, el pastor hablaba sobre Jesús. Lo particular de este sitio es que la mayoría de congregantes son jóvenes. “El mismo hecho de que la iglesia sea aquí, atrae a los jóvenes. El pastor es joven, los líderes en su mayoría también, por eso entienden lo que vivimos. La idea es que la juventud pueda acercarse más a Dios”, dice Daniela Veloz.
A decir del pastor, el templo alquila este espacio y no otro porque siempre han desarrollado el culto en el sector y no en otro, y porque además uno de los dueños del espacio es parte de la congregación.
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