La furia popular y la irracionalidad de la venganza a manera de ‘justicia’ se hicieron sentir este 14 de septiembre en Cayambe, cantón en el norte de Pichincha, luego de que una muchedumbre colgó a un hombre desnudo en el emblemático pretil de la plaza central de esta localidad. El sujeto fue señalado como uno de los presuntos autores del crimen de Patricio Ramiro Iguago Andrango, conductor de una camioneta en la que hacía fletes.

El linchamiento tuvo aquel final impactante pasado el mediodía de este sábado, aunque todo empezó un día antes con la aprehensión de este sujeto y un cómplice. El viernes, ambos fueron retenidos en la comunidad rural Juan Montalvo, donde fueron obligados a revelar el paradero de Iguago Andrango.

Según un extracto al que accedió este Diario, la desaparición de este habitante, de 45 años, fue reportada el jueves 12 de septiembre cuando trabajaba. Los parientes hicieron la denuncia y al tiempo, junto con comuneros montalvinos, se hizo una investigación exhaustiva a fin de hallarlo.

Durante la búsqueda, la gente supo una dirección en la que estarían los sospechosos de la desaparición. Fueron hasta ese sitio y retuvieron a ambos sujetos hasta que confesaran todo.

Durante un intensivo interrogatorio por parte de la comunidad se obtuvieron resultados. Los delincuentes les contaron que Iguago Andrango fue arrojado en una quebrada de Oyacoto, localidad al norte de Quito.

Uno de los tipos, identificado como Luis Alfredo Vera, fue llevado hasta el punto exacto junto a un grupo de al menos 300 personas, para que ubique el cuerpo. Ya en el lugar, caminaron un kilómetro desde la carretera principal hasta un sitio apartado y encontraron a Iguago sin vida, la madrugada de este sábado.

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Al tiempo, policías de la zona llegaron al lugar pero fueron amedrentados por los comuneros furiosos. Aun así, los agentes convencieron a las personas de que les entregaran a Vera y dejaran que el cadáver fuera enviado hasta Medicina Legal de la capital.

Las demás personas regresaron hasta la comunidad Juan Montalvo y se unieron a la reunión que se realizó para saber lo que se haría con el otro tipo.

Durante la noche, los comuneros hablaron y decidieron que aplicarían la ‘justicia’ por su propia cuenta. En la mañana de este sábado, la gente se organizó para bajar desde la comunidad Juan Montalvo con el sujeto.

Una larga peregrinación se formó desde ese sector, que poco a poco fue avanzando por las concurridas calles de Cayambe. En medio del tumulto se encontraba el implicado en la desaparición y muerte de Iguago, quien era muy conocido en aquel sector.

Había quienes lo golpeaban con látigos y otros lo insultaban. Muchos más solamente se limitaron a caminar en silencio o comentando entre ellos lo que podría pasar. Todos iba con dirección al ‘corazón’ de la capital cayambeña.

Pero también se encontraban quienes no deseaban que el suceso fuera grabado. Por ello se iban en contra de los medios locales, así como de otros moradores que decidieran captar el momento en sus teléfonos.

Según Edelmira Intriago, una testigo, la muchedumbre llevó al sujeto hasta la plaza central del cantón. “Venía ya golpeado, pero ya agonizando y como Dios lo trajo al mundo (sin ropa)”.

Unos hombres se treparon al balcón y lo colgaron con una soga desde el pecho y lo acusaban del crimen del transportista que era apreciado en Cayambe. “Gritaban: El pueblo unido, jamás será vencido”, relató Edelmira, aún sorprendida.

Wilmer Intriago, otro testigo, comentó que el sujeto seguía con vida cuando lo colgaron. Esto fue corroborado por Cristian Cusme, del Cuerpo de Bomberos de Cayambe. “Cuando el populacho colgó a la persona seguía con signos vitales, según la información que tiene nuestro equipo”.

Se conoció también que el populacho venía de la comunidad de Santa Isabel, perteneciente a Juan Montalvo. “Supimos que a él (a Andrango) lo mataron con crueldad, por eso la gente los encontró (a los presuntos asesinos) y tomó ‘justicia’ por mano propia”, aseveró Edelmira.

El cuerpo permaneció desde aproximadamente las 10:00 hasta pasadas las 14:30 colgado. Durante este tiempo, centenas de personas se sentaron a mirar lo que sucedía. “Estamos de acuerdo. Antes, Cayambe era una ciudad tranquila, pero ahora ya no”, sentenció una mujer mientras vio cómo el cadáver era descolgado del balcón. Para hacerlo llegó un grupo de Criminalística que, con la ayuda de un equipo de bomberos se encargó de llevarse al sospechoso sin vida.

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