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Rosa anda cubierta todo su cuerpo. Desde que se contagió tiene miedo salir a la calle.René Fraga

Coronavirus: ¡Hospitales de Quito están más ‘flojitos’!

En las afueras de las casas de salud ya no se ven largas filas de pacientes con síntomas de COVID-19. Pero un experto dice que no hay que confiarse.

Rosa Muso llegó puesta un traje de bioseguridad al Hospital Enrique Garcés, en el sur de la capital. Solo se podían ver sus ojos a través del protector facial. Ella contó que el coronavirus le dejó secuelas que nunca olvidará.

Se contagió a finales de julio y superó la enfermedad. Tiene miedo salir a la calle, pero ayer debió ir a la casa de salud para retirar unos exámenes de sangre y una tomografía de sus pulmones. “Tu cuerpo luchó bastante contra la COVID-19”, le dijo la doctora en los exteriores del hospital.

Rosa era la única persona que esperaba afuera del área de emergencias respiratorias donde hace dos semanas estaba repleto de pacientes con síntomas del coronavirus y que necesitaban atención de urgencia.

Mientras que en otras casas de salud, los familiares de los infectados esperan afuera para recibir información de ellos. Jacqueline Churo tenía que entregarle ropa a su padre, quien está internado con COVID-19.

Los hospitales de la urbe aumentaron de 61 camas UCI a 162.

El ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, señaló que se liberan los espacios para los pacientes que necesiten ser internados. Según la autoridad hay de 40 a 60 camas disponibles para hospitalizaciones y 6 espacios en cuidados intensivos (UCI).

Eso, a pesar de que los contagios en Quito incrementaron de forma exponencial en la última semana. Según cifras del COE Provincial desde el 4 de agosto hasta el 12 se registraron 3.581 nuevos casos confirmados. Esto representa el 20.78 % del total. Solo el 12 se registraron 712 casos.

Según Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha (CMP), este grupo de personas se habrían contagiado durante las dos últimas semanas de julio, cuando se registraron aglomeraciones y fiestas por las graduaciones de los bachilleres.

Álvarez señaló que si bien los centros hospitalarios no tienen personas esperando afuera, si existe un relajamiento en las medidas por parte del Gobierno y la población, el coronavirus atacará a Quito de forma permanente hasta finalizar el año. “Esperemos que la movilización de las personas en el último feriado no provoque un nuevo brote”, indicó.

En el Hospital Carlos Andrade Marín, los familiares de los contagiados pedían información.René Fraga