En una emotiva muestra de solidaridad y preocupación, los habitantes de Vilcabamba salieron a las calles, la tarde del lunes 8 de julio, ataviados con vestimenta blanca y pancartas, demandando medidas urgentes contra la creciente inseguridad que azota su comunidad, afectando tanto a oriundos como a extranjeros que han elegido este pintoresco destino como su hogar temporal.

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El incremento de la delincuencia en esta zona turística ha dejado huellas dolorosas: recientemente, una pareja de ancianos estadounidenses fue asaltada, resultando en el brutal asalto y violación de la anciana, mientras que otro residente sufrió la pérdida de 30,000 dólares en un robo violento. Ante estos hechos alarmantes, los ciudadanos han hecho un llamado enérgico a las autoridades locales y a la Policía Nacional para que refuercen el control y la vigilancia en el área.

Jimmy Toledo, presidente de la Conagopare y representante de las parroquias rurales de Loja, expresó que la marcha pacífica tiene como objetivo urgente frenar la delincuencia y brindar seguridad a todos los residentes, especialmente a los extranjeros que enfrentan un temor constante de ser víctimas de robos y asaltos.

"Es crucial que las autoridades provinciales trabajen de la mano con la comunidad para implementar un plan efectivo de seguridad que reduzca el índice delincuencial que ha venido en aumento en los últimos meses", destacó Beatriz Benavides, una de las residentes preocupadas por la situación.

Carl Marsan, ciudadano canadiense que ha vivido en Vilcabamba durante 13 años, subrayó la belleza natural y el encanto de la comunidad, pero advirtió que, de persistir la inseguridad, se verá obligado a considerar la posibilidad de regresar a su país de origen.

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