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La historia de ‘Pastora’, la mujer que amenaza con un tanque de gas a Comité del Pueblo
El enfrentamiento entre moradores y delincuentes dejó un muerto. Policía informó que el problema es la presencia de una supuesta expendedora de drogas
Pastora fumaba un cigarrillo y lo colocaba cerca de la válvula de un cilindro de gas azul que tenía delante suyo. “No me importa si me voy unos cuantos años a la cárcel”, gritaba mientras amenazaba con hacer explotar aquel tanque que, por un momento, se convirtió en un arma.
Ayer la mujer, que también cargaba un cuchillo, estaba parada afuera de su casa, que fue quemada durante los enfrentamientos que hubo en el sector La Invasión, en el Comité del Pueblo, norte de la capital, la noche del 18 de junio. Moradores y delincuentes tuvieron un ‘encontrón’ luego de un robo, contó un residente que prefirió no identificarse.
El punto de la bronca fue en la calle Joaquín Pareja, pasadas las 19:00, lugar donde los robos son constantes, al igual que el consumo de drogas. La gente se hartó de esta situación y decidió enfrentar a los delincuentes, que no se amilanaron y dispararon a los habitantes, quienes se armaron con palos, piedras e incluso bombas molotov.
Como resultado, la bronca (a la que la policía también llegó) dejó dos hombres baleados, uno de los cuales murió. También cuatro casas quemadas, entre esas la de Pastora, quien contó a EXTRA que no sabe por qué le hicieron eso, “si yo no me meto con nadie”.
- Una fachada
La residente detalló que estaba bebiendo en la casa de un pariente por el festejo del Día del Padre. Ya en la noche, le fueron a contar lo que ocurría. Corrió a su casa y la encontró calcinada y con destrozos en el interior.
“Los policías no me dejaron pasar. Si no, nada habría ocurrido. Pero hoy, la gente que hizo esto tiene que pagarme, lo estoy diciendo por las buenas”, sentenció mientras caminaba dentro del inmueble, que tenía mesas de cristal rotas, un televisor grande partido, un baño con tina estilo jacuzzi y puertas de vidrio también averiadas.
Pastora incluso dijo que si no le devuelven lo destruido, no tendría problema en explotar un tanque de gas, promesa que estuvo por cumplir un día después de los incidentes.
Ante esa amenaza, y luego de que un pariente de la mujer presuntamente rompió las puertas de vidrio de una tienda, la gente se reunió de nuevo. “Ya están tomando represalias (los familiares de Pastora). Yo tengo miedo porque a mí hasta me amenazaron de muerte”, explicó la dueña del negocio perjudicado.
Para apoyar a la vecina, los moradores se armaron, otra vez, con palos, fierros y hasta machetes, para combatir si era necesario. “Ya estamos cansados de los robos y las amenazas. Todos los días nos quitan nuestras cosas ‘a punta’ de armas blancas y de fuego”, relataron los residentes.
Frente a este posible enfrentamiento, se desplegó un contingente de policías antimotines, que se pusieron en la mitad de ambos bandos. Por un lado, Pastora con su tanque de gas y acompañada de sus hijos; del otro, los residentes que la señalan como la responsable de todo el mal que afecta a La Invasión.
“Ahí (la casa de Pastora) es donde se distribuye la droga. Ella incluso tiene antecedentes penales”, aseveró uno de los vecinos del sector, sin dar su nombre por seguridad.
El prontuario
Ante esto, Pastora admitió que ha estado en prisión, pero según ella las autoridades supuestamente no le han encontrado indicios como para mantenerla detenida. Sin embargo, hace tres meses ella salió de la cárcel tras una condena de 11 meses, contó a este medio. “Hace unos días vinieron a ponerme una granada en frente de mi casa”, apuntó.
Víctor Herrera, comandante de Policía del Distrito Metropolitano de Quito, corroboró lo que dijeron los vecinos, así como la misma Pastora. “La señora, quien se ha presentado como víctima, tiene detenciones desde el 2002 hasta 2021”, detalló el oficial luego de los desmanes.
Según Herrera, los delitos de esta mujer, oriunda de El Chota, Imbabura, han ido escalando: desde tráfico de drogas, ocultación de cosas robadas y asociación ilícita, hasta últimamente delincuencia organizada.
¿Cómo surge la inseguridad? A decir de los moradores, hay delincuentes que tendrían contacto con Pastora y ellos cometen las fechorías en ese callejón. “Se drogan a la vista de todos. Ahora tienen la modalidad de cobrar ‘peaje’ para dejarnos pasar por el callejón. Así también, los ladrones manejan carros viejos para chocar a conductores, exigirles dinero y desvalijarlos”, reveló un taxista.
Y Herrera manifestó que debido a la presencia de Pastora, existe el delito de microtráfico, lo que provoca los otros hechos delincuenciales narrados por los residentes, que sostienen que no se dejarán amedrentar por nadie más.
Sin atención médica
Los enfrentamientos no solo se quedaron en la zona donde reside Pastora, sino que se trasladaron hasta el centro de salud tipo C de la calle Joaquín Pareja. ¿La razón? Durante la noche del pleito, uno de los heridos de bala fue llevado hasta ese lugar.
Ingresó por el área de emergencia y sus parientes querían que lo atendieran de inmediato. Furiosos, los allegados del baleado destrozaron el lugar y luego lo llevaron hasta otro centro médico. Eso provocó que la atención en el sitio fuera suspendida hasta nueva orden.
Uno de los lesionados fue llevado hasta el hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social de Carcelén, norte de Quito, donde se confirmó su muerte. Mientras que el otro fue trasladado hasta el hospital de Calderón, también al norte de la urbe.
Comandante de Policía de Quito
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