Entre la fragancia ahumada de sus maduros asados, Verónica Baque atendía con dedicación a sus clientes, pero se mantenía alerta ante la posibilidad de que agentes metropolitanos confiscaran su mercancía. Su ‘emprendimiento’ está estratégicamente ubicado en el kilómetro 11,5 de la vía a costa.

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El problema que enfrenta Baque y otros vendedores informales de este sector no tiene relación solo con el Municipio, pues también genera malestar entre quienes circulan por esa arteria. Muchos en la red social X expresaron su descontento, afirmando que “ahora la vía a la costa está convertida en la Bahía”.

El usuario @LrdsAr protestó en X contra el alcalde Aquiles Álvarez: “¿Por qué permiten que los vendedores informales se tomen las veredas en vía la costa?”. Este comentario y otros más claman al Cabildo por la recuperación del espacio público en esa zona.

No obstante, esta situación evidencia la crisis de desempleo que vive el país. Baque, quien lleva cuatro meses como vendedora en dicho lugar, inicialmente buscaba ‘camello’ como trabajadora doméstica en las ciudadelas aledañas a esta vía. Sin embargo, durante su búsqueda notó la enorme afluencia de personas en ese punto de la arteria, por lo que optó por vender sus maduros allí. Ella ‘factura’ casi 40 dólares al día.

Uno de los reclamos de quienes transitan por esta carretera es la práctica de algunos conductores de estacionar sus vehículos a un lado de la calzada para vender ropa desde los maleteros de sus autos, lo que provoca embotellamientos en horas pico. Además, algunos comerciantes se ubican en la ciclovía, generando molestias para los ‘bicicleteros’.

Específicamente en el kilómetro 11,5 de esta avenida hay un grupo de siete vendedores. Los metropolitanos requisan sus productos casi a diario, pero ellos prefieren seguir en la actividad, aunque tengan que correr y esconderse durante los patrullajes, para luego volver.

Una de estas personas, quien quiso proteger su identidad, contó a EXTRA que ese punto es muy bueno para vender y que vale la pena arriesgarse. “Uno se tiene que arriesgar porque uno necesita trabajar”, aseveró la comerciante.

Algunos exigen que sean retirados del sitio, mientras otros, como @AndresDemoGo, los defienden. “No todos estamos en igualdad de condiciones y el hambre no espera. No hay empleo y es aún más difícil para personas que ya superan los 40 años”, opinó.

Tras las quejas en X, las autoridades municipales intervinieron, el viernes pasado, para dispersar a los vendedores. 

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