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Ciudadano héroe: vecino del centro de Guayaquil salvó a hombre que intentó suicidarse
Un hombre, al parecer con trastornos mentales, mantuvo a todo un barrio con el corazón en la boca durante más de una hora
Más de una hora llevaba la gente arremolinada en las calles Gómez Rendón y Avenida del Ejército. Con los ‘pescuezos’ estirados, observaban el plan que los rescatistas elaboraban para salvar a un hombre, al parecer con problemas mentales, quien intentaba suicidarse desde la terraza de un hotel de dos pisos.
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Las peligrosas ‘lenguas’ del vecindario ya habían lanzado mil y una hipótesis de lo que ocurría: unos decían que el hombre había intentado robar el alojamiento y la policía lo acorraló; otros aseguraban que estaba ‘loco’ o que simplemente estaba ‘voladote’ por consumir alguna droga. Lo que sí era claro para los vecinos era que el hombre era un extraño, ya que no vivía ni trabajaba en la zona.
¿Cómo lograron rescatar al suicida?
Luego de tanto ‘craneo’, los bomberos finalmente se pusieron manos a la obra. Un grupo de seis rescatistas subió a la terraza de un hotel contiguo, que al tener tres pisos los colocaba un nivel por encima del hombre. Desde allí intentaron bajar con una escalera. Como era de esperar, el desconocido los repelió con piedras y pedazos de techo que había destruido cuando se quedó sin ‘municiones’.
Con esta distracción, colocaron otra escalera desde la parte lateral de la planta baja, en un punto ciego para el atacante, y esperaron el momento para que un bombero subiera y lo inmovilizara. Sin embargo, el hombre se percató de la maniobra y el rescatista tuvo que salir ‘soplado’.
En ese momento, un vecino se convirtió en el ‘héroe’. Bryan Rodríguez, conocido en el barrio como ‘Cangrejo’, tomó valor, subió por la escalera y, después de defenderse con un palo de los intentos del hombre de atacarlo con un trozo de techo afilado, logró subir y agarrarlo. Más bomberos se unieron y lograron sujetarlo y subirlo a la terraza del hotel.
Tan pronto como el hombre y los bomberos se perdieron de vista, la muchedumbre se lanzó a la puerta del hotel. “¡Queremos justicia por mano propia!” y “¡Denos 20 segundos para ajusticiarlo!” gritaban los moradores enfurecidos contra alguien que minutos antes decían no haber visto nunca.
Finalmente, el protagonista no fue el presunto suicida, sino el ‘héroe’ del barrio. Cuando Cangrejo bajó por las escaleras hasta la puerta del hotel, todos comenzaron a corear a pleno pulmón: “¡Cangrejo!, ¡Cangrejo!, ¡Cangrejo!” En medio del alboroto, los policías aprovecharon para subir al detenido a una ambulancia y sacarlo del lugar de inmediato.
“Tuve miedo, pero me llené de valor y pude salvar al muchacho. Él solo pedía que no lo golpearan y que llamaran a los militares,” dijo Cangrejo, quien pensó que el presunto suicida no estaba loco, sino drogado.
Diez minutos más tarde, a las 18:50 del martes 20 de agosto, la calle volvía a la normalidad y el tráfico se despejaba rápidamente. Para las 20:00, la avenida era la misma oscura y desolada de siempre, pero con un nuevo ‘héroe’.
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