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¿Ciudad del miedo? Quevedo vive días de inseguridad y zozobra
Hay comercios que quiebran por la inseguridad. Por las noches, el panorama es de calles desoladas, negocios cerrados y zonas rosas en penumbras
Al acercarse la noche, la tensión incrementa en Quevedo. Los negocios empiezan a cerrar sus puertas y paulatinamente las calles quedan vacías. Son pocas las personas que se atreven a recorrer este cantón de la provincia de Los Ríos cuando oscurece.
Esta localidad, llamada también Ciudad del Río, era conocida por su vida nocturna, que no solo se animaba con ciudadanos locales, sino también con quienes llegaban de poblados vecinos como Valencia, Mocache, Buena Fe y El Empalme, todos ubicados a media hora o menos del centro de Quevedo.
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Sin embargo, el peligro que hay en los caminos que conectan con estos cantones, sumado al riesgo de pasar por el anillo vial, ha provocado que los visitantes huyan.
Un sitio muy colorido y frecuentado hasta hace poco tiempo era el malecón que se encuentra en el centro de la ciudad, porque existía una pequeña zona rosa con bares y restobares, pero esta también está en ‘agonía’, pues solo queda un local en funcionamiento.
La propietaria del negocio que aún ‘sobrevive’ es Diana Martínez, quien asegura que si la situación no mejora, también se verá obligada a cerrar y quedar endeudada al igual que los dueños de los otros puestos, porque los pagos que no han podido realizar no han sido condonados.
La emprendedora explica que en el sitio hubo, al parecer, una mala administración, pero no considera que sea el único problema. Para ella, la mayor afectación la ha generado la inseguridad. “Tenía buenos clientes de Valencia que venían cada fin de semana, pero desde el pasado uno de julio no vienen más, porque mataron a unas personas en la carretera y a ellos les da miedo que les pase lo mismo”, comenta.
Escenas de hechos violentos
El jueves 30 de junio un equipo de Diario EXTRA recorrió por la Ciudad del Río y recibió tres reportes de hechos violentos. Uno de estos casos, con dos víctimas, ocurrió en la vía a El Empalme y los heridos fueron trasladados de urgencia al hospital local, el cual fue declarado en emergencia luego de que unos sujetos sospechosos también ingresaran al sitio.
Como medida de seguridad, al hospital acudió una gran cantidad de policías, uniformados y civiles. Sin embargo, en la escena del suceso no se observó mayor presencia policial e incluso, después de pocos minutos, quienes estaban en el lugar empezaron a echar tierra sobre la sangre que había quedado.
Pedro (identidad protegida), un residente local, cuenta que en ocasiones los familiares de los heridos o fallecidos no esperan la llegada de las entidades de emergencia, pues ellos por su cuenta buscan la forma de llevarlos a un centro médico o, de ser el caso, directamente a una casa para preparar su velatorio, lo que complicaría las labores policiales.
Para constatar esta situación fueron consultados algunos agentes que habían acudido al hospital para atender el caso mencionado anteriormente, pero señalaron que no podían dar declaraciones.
La mañana del viernes 30 de mayo un hombre que descargaba botellones de agua en una distribuidora cercana al hospital fue baleado. Él fue llevado de inmediato al centro médico y, al conocer del caso, el equipo de EXTRA se dirigió a la escena, pero no había policías en el sitio, solo moradores que comentaban lo acontecido.
Pedro explica que muy poco se habla de estos casos, por miedo. Incluso, sostiene que muchos conductores ruegan no coincidir con alguno de estos casos, porque los amigos o familiares de los perjudicados suelen obligar a que la primera persona que pase los lleve a buscar atención. “Eso es mucho compromiso, pero no hay cómo negarse, uno no sabe con quién se está metiendo”, menciona.
Una ruta en declive
Otro sector afectado por la inseguridad es la denominada Ruta del Río, en la que se encuentran edificaciones de bares, restobares y discotecas, entre otros negocios. El problema es que no todos abren, porque algunos dejaron de funcionar.
Bajo reserva de identidad, el empleado de un negocio explicó que las altas inversiones realizadas por los emprendedores y la falta de clientela hicieron que estos quebraran, sumado a que algunos comerciantes habrían sido víctimas de extorsiones, bajo la modalidad de ‘vacunas’. Por ese motivo, algunos dueños hasta habrían abandonado la ciudad.
Otra señal del abandono que hay en el sitio es la construcción a medias de un puente que conectaría este sector con la zona conocida como Playa Grande. En este lugar habría presencia de la banda de Los Choneros, a diferencia del resto de Quevedo, que estaría bajo el dominio del grupo de delincuencia organizada Los Lobos, según una fuente policial.
¿Zona segura?
El Parque de la Familia, localizado en la vía a El Empalme, es un sitio que contrasta con los demás sectores de Quevedo, porque cuenta con iluminación adecuada y no se registran delitos.
Por las noches llegan personas a realizar bailoterapia, a practicar deportes como básquet, fútbol, patinaje, ciclismo, entre otros. También cuenta con dos plazas de comidas cercanas, una popular y otra en la que hay restaurantes con costos un poco más altos.
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Sin embargo, cruzando la calle o en horarios de poca circulación de personas, sí se han suscitado hechos violentos: el 29 de junio, diagonal al monumento principal del parque, dos personas fueron atacadas a tiros, mientras que la madrugada del 2 de julio, el agente de Inteligencia Cristian Andy Cerda fue asesinado en la parte posterior del área de esparcimiento.
El policía se habría enfrentado a delincuentes que intentaron robarle su camioneta.
- “La criminalidad la tiene sometida”. El experto empieza señalando que “el índice de criminalidad se ha elevado de manera estrepitosa”, por lo que en Quevedo la gente ha dejado de circular como antes y esa situación ha afectado “a la economía de la localidad”, considerada anteriormente “una ciudad próspera, nocturna, que hasta en altas horas de la noche se encontraban abiertos locales comerciales, tiendas de abarrotes, de todo”.
- Para Yépez, en la actualidad sigue siendo una ciudad de gente alegre, pero “la criminalidad la tiene sometida, encerrada”. “La policía trata de hacer lo que mejor puede, pero nos damos cuenta que el gobierno que está a punto de salir no ha priorizado la seguridad del país (...). Esto ha llevado a que ciudades como Quevedo estén sumidas en las penumbras”.
- El especialista cree que el fenómeno del Parque de la Familia, ‘respetado’ por los delincuentes, no se debe a un asunto de códigos o de ética, sino a que este lugar no estaría entre las prioridades de los criminales. Explica que los pillos ya tienen sus zonas de operaciones y los sitios y horarios en los que además llevan a cabo su guerra con otras bandas.
- Señala que los asistentes al parque son, por lo general, personas que no portan muchos objetos de valor, por lo que tampoco serían un atractivo para los ladrones. “Es gente de a pie, que no lleva muchas cosas. Es uno de los motivos por los que no asaltarían ahí”, concluye.
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