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¡El cerro "de los sicarios"!
En este sector de Durán ‘cayeron’ 13 de los 31 pistoleros capturados durante los dos últimos años. En lo que va de 2021 a 40 microtraficantes
El temor se refleja en sus ojos y en cada frase que brota de su boca. Antes de pronunciar una palabra mira a todos lados, como si estuviera siendo vigilada. Carmen tiene 42 años y es consciente de que la mitad de ellos los ha vivido rodeada de consumidores, microtraficantes y lo más perturbador, de sicarios.
La manabita de nacimiento emigró hace 23 años a la provincia del Guayas en busca de una casa para su familia. Primero se radicó en Guayaquil y 48 meses después, con su esposo e hijos, se asentó en el cerro Las Cabras del cantón Durán.
En este sinuoso y desordenado sector, que contrasta con la hermosa vista panorámica de la ciudad y que alberga a aproximadamente 5.000 personas, en menos de dos años han sido detenidos 13 de los 31 gatilleros capturados en esta localidad entre 2020 y 2021, de acuerdo con información proporcionada por el coronel William Calle, jefe distrital.
En Las Cabras, donde se han asentado 1.456 familias en los últimos cuatro años, la Policía ha realizado cuatro intervenciones y en ellas se detuvo a 104 personas (ver infografía).
“Solo en este año en el cerro Las Cabras hemos detenido a nueve sicarios, entre ellos a la Pechona, Cara de Niño, el Zurdo, Patas Cortas, el Negro Nelson (todos alias). Ahora buscamos a un alias el Panadero. También hemos capturado a cuarenta expendedores de droga”, menciona el jefe policial.
Pero Calle, quien desde junio de 2020 está al mando de la Policía de este cantón, reconoce que los esfuerzos de su institución no son suficientes para erradicar la violencia criminal que ubica a Durán detrás del Sur y Nueva Prosperina, en el tercer distrito de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), donde se registran más muertes violentas. En este cantón en lo que va del 2021 han ocurrido 35 asesinatos.
Comandante de Durán
El coronel sostiene que, para poder restar la delincuencia en este cantón, es necesaria la intervención urgente de las autoridades municipales, de ministerios de Gobierno, del Deporte, Salud y de otros.
“¿Cómo es posible que el cerro Las Cabras, con una vista hermosa, que debería ser turístico, esté plagado por expendedores y consumidores, que solo cuente con una cámara de seguridad y que para colmo esté dañada? Es una zona muy crítica, de aquí salen a matar y no solo a otros sectores de Durán, también avanzan a otras ciudades”, manifiesta Calle.
Los sicarios y microtraficantes son jóvenes de entre 17 a 28 años, que han formado su mundo delictivo en este sector. “Son ‘pelados’ que no han terminado ni la primaria. No podemos decir que en el cerro Las Cabras hay escuelas de sicarios, porque una escuela es para educar y enseñar cosas buenas. La mayoría son de la organización criminal Chone Killers. Incluso grafitean sus leyendas o nombres en las paredes de la ciudad”, acota.
Desde hace dos meses, el cerro Las Cabras cuenta con una Unidad de Policía Comunitaria, donde fueron asignados cuatro agentes y dos motorizados. Sin embargo, Calle revela que como comandante zonal presentó un proyecto al Ministerio de Gobierno para la creación de una UPC más grande y en el que asignaran 22 policías, quienes tendrán la finalidad de controlar ocho sectores que convergen esta zona.
Exministro de Gobierno
“Ya está el terreno, pero eso no depende de la Policía sino del Gobierno. La actual UPC fue hecha con un container”, explica.
Otro problema es la incontrolable proliferación de consumidores en las inmediaciones del cerro. “Hay muchos hacheros, incluso algunos han hecho unas casuchas para juntarse con otras personas y consumir la sustancia. Ya esto pasó a ser un tema de índole social y depende del Municipio desalojarlos”.
Asambleas y ferias
Este Diario envió un cuestionario de preguntas al alcalde de Durán, Dalton Narváez, para conocer qué medidas se están tomando para mitigar la problemática narcodelictiva que azota al cantón.
A través de un comunicado, el principal funcionario respondió que el Municipio, de manera mancomunada con la Policía Nacional, ha identificado las áreas en las que se presentan grafitis y de manera inmediata se han intervenido las zonas afectadas, “realizado asambleas comunitarias y ferias ciudadanas en los sectores donde se han presentado estas anomalías. Hemos intervenido algunos sectores como Primavera 2, El Bosque, El Recreo”, indica el documento sin precisar mayores resultados obtenidos.
Calle y Narváez mantuvieron una reunión el pasado jueves en la que se trataron temas de índole delincuencial, como el consumo de droga y los microtraficantes.
Estado y familia
Vladimiro Álvarez, exministro de Gobierno en los mandatos de Osvaldo Hurtado (1983-984) y Jamil Mahuad (1999-2000), propone la intervención urgente del Estado con la entrega de los recursos suficientes a la Policía y asignando más uniformados, a quienes hay que capacitarlos y darles los elementos necesarios como vehículos, radios y armas.
“En todo el país se deben fortalecer los servicios de inteligencia e investigación. Lo más importante es tener prevención y se requiere de estos para saber dónde podrían estar los grupos delincuenciales. Es importante la disuasión mediante presencia policial y militar para prevenir el delito”, refiere el exministro.
Aunque también resalta que la formación humana es responsabilidad también de la familia y son los padres quienes deben enseñarles a sus hijos a diferenciar entre el bien y el mal.
Billy Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, sostiene que las primeras acciones deben ser preventivas, porque este cantón se ha convertido en una comunidad que en cuestión de seguridad está fuera de control.
“Aquí caben las acciones culturales, estas son atractivas y desvían la atención sobre aquellas conductas que hacen daño a la juventud. En Medellín (Colombia) se desarrollaron acciones de prevención con trabajo comunitario, esto ayudó a rescatar a la juventud que estaba envuelta en prácticas de sicariato y crimen organizado. Debemos imitar las cosas buenas, esto para recuperar a nuestros jóvenes”, apunta.
Navarrete asegura que los esfuerzos que se están haciendo para mitigar la delincuencia son muy débiles y que lo primero que cabe, sobre el fenómeno de sicariato, es la intervención en los barrios de la Policía Comunitaria, la cual debe estar vinculada con las organizaciones que existen en dichos sectores.
Otras de las elecciones que recomienda para desmantelar a las bandas narcodelictivas es la intervención de policías especializados en crimen organizado.
Silencio y hermetismo
El miedo a hablar de sus habitantes es evidente. A Narcisa, quien desde hace una década reside en el sector, una sola pregunta la puso a temblar.
— ¿Cómo es vivir este sector donde según la Policía hay sicarios y microtraficantes?, le consultamos.
— “Aquí no se puede hablar, la gente sabe, pero nadie le dirá nada, lo que le puedo contar es que sí hay delincuencia”, fue su respuesta.
Mientras ella pronunciaba estas escasas palabras, su acompañante la halaba del brazo y susurrándole al oído le decía: “Nos están viendo, vamos, camina”.