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Casas demolidas en Durán eran centros de tortura: esto encontró el Ejército y la Policía
En las viviendas que fueron derrumbadas encontraron cuchillos, machetes y manchas de sangre. Intervinó Fuerzas Armadas y Policía
Rosa (nombre protegido), de 48 años, ha vivido más de una década en la cooperativa Los Esteros, en Durán. Con el tiempo, ha llegado a conocer a casi todos sus vecinos, pero le inquieta que últimamente varias viviendas están siendo ocupadas por personas desconocidas. Según ella, estos “rostros nuevos” podrían estar vinculados a la creciente ola de violencia que ha sacudido su zona en los últimos meses.
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Ante esta situación, el Bloque de Seguridad, compuesto por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, llevó a cabo ayer jueves 3 de octubre la demolición de cuatro viviendas en esta área de Durán. El cantón, que se ha convertido en uno de los más peligrosos del país, solo detrás de Guayaquil, ha registrado un alarmante incremento de crímenes. Desde el 1 de enero hasta el 3 de octubre, se contabilizan 372 asesinatos, 137 más que en el mismo periodo del año pasado.
El comandante de las Fuerzas Armadas en Durán explicó que las casas demolidas eran utilizadas como refugio para delincuentes, además de servir como centros para secuestros y ejecuciones de miembros de organizaciones criminales rivales.
“Inteligencia de las Fuerzas Armadas y de la Policía descubrió que en estas viviendas traían a personas secuestradas, y también las usaban para cometer asesinatos y desmembramientos. Hace 15 días, apareció un hombre desmembrado en un sector de Durán, y fue en una de estas casas donde se perpetró el macabro hecho. Hemos encontrado evidencias, como cuchillos y machetes”, afirmó el comandante.
Escenario de un asesinato
Una de las casas demolidas fue el escenario de un asesinato hace menos de un año, cuando una mujer fue acribillada por dos individuos que llegaron en motocicleta. Uno de los criminales metió la mano por la ventana para ejecutar el ataque. En este domicilio también se encontraron armas blancas y un pedazo de cartón con un número de cuenta bancaria, lo que indica que los grupos criminales lo utilizaban como refugio y para llevar a cabo sus crímenes.
Después de estas demoliciones, el Bloque de Seguridad se trasladó al bloque 7 de la cooperativa Héctor Cobos, conocida como El Arbolito, donde otra vivienda también era utilizada por delincuentes para cometer asesinatos.
En el lugar se hallaron rastros de sangre y, en una pared, estaba escrito el nombre de la organización criminal que controla ambos sectores intervenidos. “Esta casa era un centro de tortura, era solo una fachada. Encontramos sangre en el piso. Al entrar, todo estaba lleno de tierra y monte, como en las otras casas usadas para mantener cautivas a las víctimas. En una de las paredes estaba escrito el nombre Chone Killers”, detalló el comandante de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, los residentes de las zonas intervenidas aseguraron desconocer que en su barrio existían casas utilizadas para tales fines macabros.
“Solo veíamos a personas entrar y salir, no sabemos nada. Hablar más de la cuenta es ponernos la soga al cuello. Podrían tomar represalias”, comentó un habitante de El Arbolito, mientras observaba desde la puerta de su casa el trabajo de los uniformados.