Sombras, llantos de bebés, gritos de mujeres, espíritus rondando por las noches... son algunos de los eventos paranormales que Oswaldo Paredes asegura haber presenciado en el lugar en el que vive; el mismo que, según él, ha sido heredado por varias generaciones de su familia por más de cien años.

Afirma que es una propiedad que fue construida en la época en la que se desarrolló la Batalla de Pichincha, allá por 1822, en el sector que actualmente se lo conoce como la Cima de la Libertad, en las faldas del Pichincha. Los tatarabuelos de Oswaldo decían que allí fue la hacienda de un coronel que triunfó en la guerra independentista.

Luego se habría convertido en uno de los primeros cabarés de Quito. En la actualidad solo quedan las columnas y parte de las paredes que dividían los cuartos en los que los capitalinos de ese entonces solían divertirse con las sexoservidoras.

Oswaldo señala que con el tiempo dicha propiedad fue abandonada hasta que sus abuelos la recuperaron. Desde entonces, hace menos de un siglo, el propietario indica que en el sitio han funcionado también una iglesia, una escuela, e incluso, el ‘consultorio’ de curanderos.

Hace 15 años dejó de ser un templo evangelista, del cual era parte Oswaldo. Recuerda que el techo se cayó antes de una reunión. Por suerte no había nadie. Desde entonces dejaron de ocupar ese lugar porque creyeron que las almas en pena provocaron el accidente.

La maleza, la humedad y el tiempo ‘devoraron’ la propiedad y empezaron a ocurrir los eventos paranormales.

Lo primero que le puso los ‘pelos de punta’ a Oswaldo fue observar sombras que caminaban por los pasillos destruidos. También le llamaba la atención que desde la zona de los baños, en la que ‘sobrevive’ un retrete, se escucha niños llorando y el lamento de mujeres.

Por eso, el propietario adoptó doce perros porque, según él, ellos sienten las malas energías. EXTRA recorrió el lugar y confirmó que los canes ladran y miran desorientados hasta los lugares inaccesibles y de dónde provienen los ruidos macabros.

Esther Figueroa, parapsicóloga y médium, explicó que en este tipo de lugares hay que tomar en cuenta la fuerza espiritual según el uso del suelo. Al haber sido un cabaré, una iglesia y una escuela, según la experta en temas paranormales, esto implica que existe una gran carga energética negativa.

Explica que en un centro de tolerancia, por un lado, se acumulan las vibras de los hombres que van a depositar sus penas y a utilizar a las mujeres como objetos sexuales. Por otro, las prostitutas suelen ser maltratadas y ese dolor se queda en el lugar donde trabajan.

Con respecto al tema de los abortos, Esther señala que el alma de los niños pudo haberlos transformado en fantasmas al no haber logrado el proceso de transición de este mundo al de los muertos.

Sin embargo, la parapsicóloga menciona que si existe una gran carga espiritual y manifestaciones paranormales en este lugar sería por haber funcionado una iglesia. El motivo, según ella, es porque el demonio va a tratar de atentar más contra las almas que están cerca de Dios. “No es una novedad que las posesiones son a personas que son creyentes”.

Oswaldo piensa conseguir agua bendita para minimizar los eventos paranormales, mientras tanto, cuando los escucha, se santigua y reza un padre nuestro.

La experta en temas paranormales indicó que hay que tener cuidado con sitios así porque las personas que son débiles energéticamente pueden terminar afectadas con el alto magnetismo espiritual.

Para que vuelva a ser una propiedad normal, la parapsicóloga recomendó que lo primero es limpiar el sitio de toda maleza, luego hay que hacer un exorcismo con algún sacerdote o experto en el tema. Finalmente, y lo más importante, es realizar un ritual para que las almas que están ancladas en el sitio puedan hacer su transición al mundo de los muertos.

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