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Los moradores colaboran en la limpieza del sector.GUSTAVO GUAMAN

Campaneras del aseo: grupo de mujeres mantiene limpiecito un barrio de Quito

Son ‘guerreras antisuciedad’ que han visto en el reciclaje una salida a su situación económica. Son parte de un proyecto impulsado por el Municipio.

María Inés Chulca y su suegra, Dolores Pachacama, se han convertido en la dupla perfecta para mantener impecables las aceras y jardines del sector Divino Niño, en el sur de Quito.

Ambas son parte del ‘batallón antisuciedad’ compuesto por 10 mujeres. Ellas están dentro de un proyecto impulsado por el Municipio, el cual pretende implementar un nuevo modelo de gestión para los servicios de limpieza y reciclaje en la ciudad, generando empleo para personas de escasos recursos.

María Inés se levanta a las 04:00 a preparar el desayuno de sus cuatro hijos y planchar sus uniformes. Mientras se cambian, la mujer, de 48 años, alista sus ‘armas’ para combatir la contaminación: un overol, una varilla metálica, mascarilla y una campana.

Luego de dejar a sus pequeños en la escuela se dirige a la casa de Dolores, quien la espera lista para la ‘guerra’. Ambas, desde las 06:00, recorren los pasajes del barrio y hacen sonar las campanas, señal de que llegó la limpieza.

“Son las recicladoras”, dice Abigaíl Guilca, una vecina del sector, quien a esa hora sale a dejar a su hija al recorrido y, de paso, entrega un costal con cartones a María Inés.

Dolores tiene un problema auditivo, pero eso no le ha impedido ‘camellar’ y concientizar a la gente sobre el medio ambiente. Ella y su nuera reúnen dinero para pagar deudas y mantener a su familia.

Una salida económica

Silvana Toapanta y su madre también se convirtieron en gestoras ambientales luego de que fueran despedidas de la unidad educativa en la que trabajaban como personal de limpieza.

Ambas reciclan material en dos horarios, de 06:00 a 09:00 y de 18:00 a 20:00. La intención, según Silvana, es recolectar suficiente dinero “para llevar un plato de comida a la casa”. Cada quincena, entre las dos, suelen reunir 200 dólares.

Con esta campana, las recicladoras dan aviso de su llegada.GUSTAVO GUAMAN

Esta nueva alternativa les ha ayudado para solventar los gastos de la familia y mejorar su estilo de vida. Se ayudan mutuamente para recoger más material y ganarse más ‘centavitos’ por cada carga.

Cuando les sobra tiempo, ambas socializan con los moradoras sobre temas relacionados a las buenas prácticas ambientales y de reciclaje, para lo que fueron capacitadas.

San Roque es el próximo barrio en el que el Municipio pretende implementar este proyecto.

Francisco Poveda, gerente general de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo), explicó que en el sector Divino Niño se tuvo que cambiar el modelo de gestión de la limpieza porque en esta zona no existen accesos vehiculares internos y eso hacía que los moradores boten los desechos en las aceras.

Ahora, con el nuevo grupo de gestoras ambientales, según Poveda “lo que antes era un botadero de basura se convirtió en un ejemplo a seguir para otros sectores”.

Silvana Toapanta y su madre ‘camellan’ juntas para recolectar material.GUSTAVO GUAMAN

El funcionario añadió que a más del ‘batallón’ de recicladoras se instalaron 10 contenedores azules en los cuales los moradores podrán dejar el material reciclable por si no encuentran a una de las mujeres.

"El grupo de recicladoras es unido y ayudamos en todo. Esperamos que esta iniciativa se pueda replicar en otros barrios”.María Inés Chulca. Recicladora