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En Guayaquil, tres menores de edad casi mueren aplastados por un carro
Los menores de edad ‘peloteaban’ entre ‘panas’ cuando el vehículo no respetó la señal de tránsito y se les fue encima.
El posible irrespeto a una señal de tránsito y la presunta imprudencia de un conductor casi le cuesta la vida a tres menores de edad, quienes jugaban índor fútbol en las calles Abel Castillo, entre Colombia y Camilo Destruge, en el suroeste de Guayaquil.
Vilma Arrobo, abuela de uno de los afectados, Mía, de 10 años y quien aún se encuentra hospitalizada, relató que la noche del percance -26 de junio de 2022- varios moradores de este sector porteño, como de costumbre, compartían junto a sus hijos en los portales de sus casas, mientras que los ‘peloteros’ del barrio habían colocado dos arcos y se divertían jugando con un balón.
“Entre ellos estaba mi nieta, quien hacía de arquera, otros dos menores, de 8 años y de 13, también fueron embestidos por el auto. Los otros chicos alcanzaron a correr, cuando se escuchó el ruido que hace un carro conducido a velocidad”.
Arrobó mencionó que producto del impacto el arco cayó al piso, lo que provocó que su nieta quedara cubierta con la estructura metálica. “Gracias a Dios no le cayó encima, la desgracia hubiese sido peor. Estaba en mi casa, a pocos metros de donde fue el accidente. Mi hija corrió para avisarme, gritaba desesperada porque su niña no reaccionaba, tuvimos que pedir una ambulancia para llevarla a un hospital”, manifestó.
Los otros dos niños afectados fueron trasladados por sus familiares hasta una casa de salud, en donde los médicos les indicaron que no era necesario su internamiento, pero sí que guardaran reposo.
“En cambio, por su condición de salud, la niña quedó hospitalizada y deberá ser sometida a una tomografía y a otros exámenes para valorar si el golpe causó alguna lesión”, detalló.
Vilma relató que el accidente quedó registrado en la cámara de seguridad de una casa cercana y se observa cuando el carro se cruza el disco pare y se impacta contra el arco. También se ve cuando los moradores salen detrás del auto para impedir que el responsable escape.
“Mi nieto ingresó por la ventana del carro y agarra de la camisa al conductor, pero este hombre dio retro y huyó, no se bajó ni quiera a preguntar cómo estaban los niños”, señaló.
Paula Velasco, mamá de otro de los menores de edad afectados, contó que su hijo tenía pocos minutos de haber salido de casa y que los fines de semana suelen reunirse con sus vecinos para observar a sus hijos jugar con sus amigos de barrio.
“¿Con qué seguridad podemos salir? Ya no solo hay que tenerle miedo a la delincuencia, sino a la imprudencia de un conductor que no le importa llevarse una vida”, lamentó.