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Los actores interpretan a dos galanes de barrio que no tienen éxito en el romance.Cortesía

Del barrio al teatro, para matarse de risa

La comedia cuenta la historia de dos chicos que tratan de ligar. Sus protagonistas y directores hablan de la obra y los nuevos retos del arte

Alejandro Lalaleo y Daniel Enríquez estrenan, este miércoles14 de abril, una comedia distinta. Una misma puesta en escena, pero presentada en tres salas del Microteatro Uio, en el norte de la capital.

Es la historia de dos amigos que tratan -sin éxito-, de buscar novia. Sin embargo, en el camino se dan cuenta que ni siquiera saben ligar.

El actor Diego Ulloa es uno de los protagonistas de ‘Coaching para agarrar’ y, aunque en la vida real está lejos de ser un ‘galán de barrio’, las dos semanas de ensayos lo han llevado a descubrir más de 30 formas de usar la palabra mijo: mijín, mijardín, mijimán...

“Ha sido un reto esto de los acentos y las jergas, sobre todo porque soy cuencano”, expresa.

Para matarse de risa

Aun así, durante el montaje se divirtió mucho al interpretar a su personaje junto a sus compañeros de elenco: Lorena Robalino, María Karla Gómez y Raúl Santana.

Desde que el guion llegó a las manos de Lorena, la actriz supo que sería una obra para “matarse de la risa”.

Es ella la encargada de ponerle el toque ‘guayaco’ a la obra quiteña. Interpreta a una ‘life coach’ y autora del libro best seller ‘El ABC del amor’. Su meta es entrenar a los chicos en técnicas de conquista. “Ella habla con ese lenguaje del coaching, pero a veces pierde su personaje y se le sale su verdadera forma de ser”, revela. Una melena castaña le da el toque perfecto al rol con el que dice no tener nada en común.

Detrás de la obra existe todo un proceso de investigación, precisa Daniel Enríquez, quien se ha empapado de los términos del coach y de las jergas de barrio para hacer de la experiencia teatral algo real.

“Son personajes muy barriales, que quieren ligar a la chica del cyber... Es parecido a la realidad, pero no tosco”, explica el director. 

Debieron reinventarse

Pese a que la respuesta del público ha sido asombrosa desde que el Microteatro Uio reabrió sus puertas, en octubre pasado, Alejandro Lalaleo confiesa que ha sido un desafío mantener la actividad en pie. Han tenido que reinventarse.

Una de las estrategias por la que optaron fue la implementación de una pantalla de plástico que divide a los actores del público. “Queremos que sienta que el teatro es un lugar seguro... Cuando se emitió ese documento de los lugares con más exposición (en escala del 1 al 10) se ponía al teatro en el puesto 8, a la par de los gimnasios, y no es así”, describe Lalaleo.

Es por eso que han intensificado las medidas de bioseguridad para que los espectadores estén tranquilos durante las funciones.

Y todas estas medidas han sido un éxito. En los seis meses que están trabajando, con un aforo reducido a 14 personas, no han tenido un solo contagio.

Las pruebas de coronavirus que se aplican constantemente a los actores también han sido una forma de mantener el sitio libre de virus. “Durante los ensayos usan mascarilla, los actores son muy cuidadosos y aunque hemos aprendido del virus no hemos bajado la guardia”, agrega Lalaleo

EL DATO

La actriz Lorena Robalino confiesa que no es mucho de ”abrazos”, pero que la pandemia le ha dado la posibilidad de expresar su cariño al público de otra forma.