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Bahía de Guayaquil: Bandas criminales pusieron sus garras sobre el sector comercial
El robo a un ciudadano evidencia la forma de actuar de los delincuentes. Comerciantes sienten miedo, están aterrados
Se esconden entre los callejones o están a simple vista, acechando a su ‘presa’. No actúan solos, lo hacen en grupo de 6 a 8 personas. Así ‘atarzanan’ a sus víctimas, comerciantes o clientes que llegan a la Bahía de Guayaquil, a quienes no solo despojan de sus pertenencias, también los atacan con objetos cortopunzantes.
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Prueba de estos delitos, frecuentes en pleno casco comercial del Puerto Principal, fue lo ocurrido la mañana del viernes 24 de noviembre con un hombre, al parecer oriundo de Otavalo, provincia de Imbabura, quien fue atacado por varios individuos en las calles Eloy Alfaro entre Manabí y Ayacucho.
El ciudadano, de aproximadamente 40 años, de acuerdo a versión de testigos, caminaba por este sector cuando un grupo de sujetos le cierran el paso, lo toman del cuello de forma violenta, lo lanzan al piso y una vez en el suelo, lo rodean y lo agreden hasta despojarlo del dinero que llevaba en el bolsillo del pantalón y el celular.
Este delito también fue evidenciado por cámaras de seguridad, en una de las grabaciones que la tarde del lunes se viralizaron en redes sociales, la víctima parecía ser una mujer, por su larga cabellera. Sin embargo, comerciantes, testigos del hecho, aseguraron que se trataba de un hombre y que nadie optó por defenderlo por temor a represalias, ya que esta zona de la ciudad está ‘plagada’ de delincuentes que se dedican a esta actividad ilícita y que actúan en complicidad con otras personas que fingen estar comprando.
“El señor no era comerciante, sino alguien que llegó a comprar. Antes cuando veíamos este tipo de actos, todos les caímos encima a los pillos, pero ahora son bandas criminales, conformada por unas 40 personas que operan en este sector”, manifestó un comerciante, quien pidió la reserva de su identidad.
Otro vendedor indicó que la banda de delincuentes también la integran mujeres e incluso menores de edad y que para amedrentar a sus víctimas utilizan hojas de afeitar, navajas, o estiletes. “Trabajar en la Bahía ya da miedo y terror. Nos hicimos de la ‘vista gorda’ por temor a que vuelvan por nosotros, esta gente puede tomar represalias por meternos en ‘pito’ ajeno. Los policías vienen de vez en cuando y los pillos ya saben en qué momento atacar”, expresó un vendedor que se dedica al comercio de productos de belleza, a escasos metros de donde se registró el robo y agresión al ciudadano.
Lucy Peña, vocera de la Asociación de Comerciantes de la Bahía de Guayaquil, explicó que, al parecer, a la víctima ya la seguían cuadras antes y que los pillos aprovecharon el momento oportuno para robarle.
“Lo estaban ‘cazando’, ese día nadie intervino por miedo a la delincuencia. Tampoco pidieron auxilio, nos enteramos por un chat comunitario de comerciantes. Antes nos uníamos para tratar al pillo común. Hace tiempo a un delincuente que me estaba robando, le di una paliza, ahora lo pienso dos veces. Me da miedo, ya son bandas organizadas”. (AEB)