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Apagón nacional: escritor se quedó atrapado en un ascensor
Estaba en un edificio del norte de Quito. Pasaron 40 minutos en los que se imaginó de todo, pues se le venían las escenas de películas de terror
Paúl Hermann, escritor y docente universitario, relata su experiencia con humor y algo de ironía. Estuvo 40 minutos atrapado en un ascensor del norte de Quito debido al apagón nacional del miércoles 19 de junio.
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Estaba en el subsuelo 4 y cuando se bajó de su auto, el parqueadero se quedó a oscuras. “Asumí que el sensor de luz no me detectó y seguí”, cuenta. Entró al ascensor y se dispuso a subir. “Se movió un poco y se quedó. Mi primer impulso fue llamar, (pero) no había señal”.
Activó un intercomunicador. Lo hizo primero con recelo, para no ser impertinente. Luego, ya con un poco de ansiedad, insistió hasta que la recepcionista contestó. Al menos ya sabían que estaba ahí, solo.
La 'pelíucula'
Entonces su mente, alimentada por todas las películas de terror que ha visto, empezó a inventar escenarios. “Sabía que es un edificio moderno, pero pensaba que quizá no aguanten los cables. Ese es el imaginario que tenemos”, admite.
Quiso adelantar trabajo, como para que el tiempo pase más rápido. Sacó su computadora, pero tenía casi nada de batería. Se preguntó si estaría bien su Jazz, un perro bóxer que lo acompaña desde hace unos 10 años. “No había tomado agua. Quizá quería ir al baño”, pensó.
ACTUALIZACIÓN RESTABLECIMIENTO DE ENERGÍA
— Roberto Luque (@RobertoLuqueN) June 19, 2024
A las 15h17 hubo una falla de la Línea de Transmisión Milagro Zhoray que generó un "blackout" al sistema nacional.
Este evento es UN FIEL REFLEJO DE LA CRISIS ENERGÉTICA que vivimos, con falta de inversión en generación (lo que sucedió… pic.twitter.com/CQ5xsrc7T7
“Lo que yo tenía que hacer era súper rápido y él (Jazz) me esperaba, pero no tanto tiempo”, explica Paúl.
Al cabo de 40 minutos llegaron los técnicos del ascensor para sacarlo. No había subido mucho, tampoco fue una salida dramática o digna de que llamen a los bomberos. Aunque no sufre de claustrofobia, tuvo algo de ansiedad, que intentó manejar comiendo un paquete de maní. “Le fui a ver al Jazz y aunque ya vino la luz, yo me fui por las escaleras”, finaliza. Por si acaso.
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