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Alumnos suelen robar a sus propios compañeros a la salida de clases.GUSTAVO GUAMAN

Alerta en el sistema educativo: “Es feo ver cómo se dañaron los amigos de la escuela”

Estudiantes secundarios del sur de la capital son tentados por la criminalidad. A diario son testigos de hechos violentos. Ven cómo venden y consumen droga dentro de los colegios.  Los padres de familia están preocupados por esta realidad.

Mario (nombre protegido) prefiere jugar fútbol y escuchar música antes que cargar una pistola y vender marihuana. El adolescente, de 15 años, estudia en el Colegio Gonzalo Zaldumbide, ubicado en Solanda, sur de Quito. Más allá de formarse académicamente, para él, como para muchos de sus compañeros, ir al plantel se ha convertido en una pesadilla.

Según el estudiante, deben sortear a consumidores y expendedores de droga, se salvan de ser reclutados por miembros de grupos de delincuencia organizada y en ocasiones son víctimas de robos de otros alumnos. Por si fuera poco, hasta los docentes han sido amenazados de muerte.

Otras unidades educativas también están cercadas por la inseguridad, consumo y violencia.

Mario afirma que un día en el ‘cole’ es como vivir en una selva de cemento en la que debes cuidarte de ser presa de las bandas criminales que los quieren ‘cazar’. Al estudiante, de primero de bachillerato, le ofrecieron ganar 1.000 dólares mensuales. El trabajo: vender estupefacientes dentro del colegio. Mario asegura que estuvo cerca de aceptar.

Sin embargo, cuando le dijeron que debía entregar cierta cantidad de dinero diario y que podría tener problemas con otras personas si no cumplía, desistió. Incluso le ofrecieron una pistola para que se defendiera.

“¿Qué más, mija? Oye, acolita para que te hagas parte de un grupo. ¿Sí o qué?”, le dijeron cuando fue abordado por otros estudiantes para que fuera parte de estas agrupaciones.

Como en ‘cana’

Según el colegial, durante el recreo, el patio de la institución se asemeja al pabellón de una penitenciaría, ya que existen alumnos que tienen marcada su ‘zona’ de expendio de estupefacientes y suelen repartir la ‘merca’ a otros muchachos. “Es feo ver cómo se dañaron amigos que conocí desde la escuela”.

Mario afirma que esto sucede a diario y que los docentes lo conocen, pero no pueden hacer nada porque han sido amenazados.

Dayana Basantes, presidenta nacional de la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador (FESE), menciona que los establecimientos educativos se han convertido en lugares inseguros donde se repite el contexto de violencia que soporta el país. Sobre todo el narcotráfico ha ganado terreno.

La representante afirma que las bandas organizadas aprovechan el contexto de vulnerabilidad en el que viven los menores de edad para tentarles a que se unan a sus filas. Al ver que los estudiantes, por su edad, son fácilmente influenciables, les ‘meten cuento’ y les ofrecen maravillas.

El padre de Mario lo aconseja para que no se involucre en actos delictivos.HENRY LAPO

Basantes añade que al venir de sectores populares o de contextos familiares difíciles, los alumnos pueden ser manipulados. “Algunos trabajan y mantienen a su familia. Estas ofertas (expendio de estupefacientes) les son tentadoras por el dinero que pueden ganar”.

En una pared del Colegio Gonzalo Zaldumbide hay una rendija por la que supuestamente los estudiantes ‘brujos’ suelen meter la droga y devolver el dinero a los integrantes de las bandas que les proveen de ‘merca’.

Según la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), los miembros de estas bandas suelen utilizar a los chicos para tres propósitos:mover la droga de un lugar a otro, cuidar lugares de almacenamiento y reclutar más adeptos para la organización.

La Policía continúa indagando el caso de tres estudiantes que fueron apuñalados por otros alumnos dentro del Colegio Primicias de la Cultura de Quito, en el sur de la ciudad. Se presume que las víctimas habrían alertado a las autoridades sobre estudiantes que vendían marihuana. Estos, en represalia, los habrían atacado.

Daniela Yugcha, madre de una alumna, comenta que luego de la agresión, ella decidió llevar y retirar a su representada. Desde entonces se ha enterado de varios hechos violentos, como por ejemplo que existe un parque cercano al que los alumnos llaman ‘el matadero’.

En una pared del Colegio Gonzalo Zaldumbide hay una rejilla por donde, al parecer, pasan droga.GUSTAVO GUAMAN

Según la mujer, este espacio es utilizado por los adolescentes que supuestamente pertenecen a bandas para darse de puñetes. “Algunos graban videos de las peleas y los suben a las redes”.

Agresiones y abusos

Mario añadió que en su ‘cole’ también deben cuidarse de ser asaltados por otros compañeros. En recreo algunos suelen comer cerca de las oficinas de los directores, por temor a que les roben su colación o el dinero.

Esta realidad traspasa las paredes del plantel. El dueño de un negocio cercano comenta que los estudiantes de la jornada vespertina suelen ser atacados por otros alumnos cuando se dirigen a una parada de buses ubicada en la avenida Teniente Hugo Ortiz. “Les ‘encuellan’ en el parque Ecológico”.

El morador añade que a su local suelen ir de tres a cuatro padres de familia al mes a pedirle que les ayude a redactar una solicitud para sacar a su representado del colegio. “Los cambian de establecimiento porque sus hijos han sido amenazados”. También van docentes a quejarse de que hay estudiantes que llevan cuchillos y que, según ellos, no se puede hacer una requisa porque necesitan autorización del Ministerio de Educación.

La madre de Mario enfatiza que los padres de familia han dado el consentimiento en varias ocasiones para que las autoridades permitan requisar las mochilas de sus hijos, pero no han tenido respuesta. Incluso han recolectado firmas para que se levante el pedido al Distrito Zonal, pero nada. “Lo único que podemos hacer es aconsejarles que no hagan nada malo”.

alternativas

Gabriela inscribió a una de sus hijas este año en el Colegio Gonzalo Zaldumbide. La representante de familia indica que a las pocas semanas se enteró de una agresión con cuchillo entre alumnos, por lo que se solicitó que se instalen más cámaras de seguridad dentro del plantel, porque las existentes no registran todo lo que pasa.

Ella dice que los ‘chico problema’ han buscado los puntos ciegos a los que no apuntan dichos aparatos (como en los baños), para expender sustancias o intimidar a otros estudiantes. Agrega que ha tratado de hablar con la directora, pero desde que se iniciaron las clases todavía no la conoce. “No quiero que mi hija sea víctima de violencia”.

El Ministerio de Educación, a través de la Junta Distrital, emite medidas de protección para garantizar el derecho a la educación de los estudiantes afectados.

Desde el Ministerio de Educación indicaron que las autoridades del distrito al que pertenece el Colegio Gonzalo Zaldumbide están identificando los problemas para tomar acciones. Por el momento, brindan atención emocional a los alumnos que han estado inmersos en algún tipo de conflicto.

La presidenta de la FESE añade que como organización han solicitado a las autoridades de los planteles que actualicen los protocolos que se deben tomar cuando existe algún tipo de violencia o delito dentro de los colegios.

Los alumnos que van solos al plantel son más vulnerables de ser asaltados.GUSTAVO GUAMAN

Ante esto, ellos organizarán capacitaciones a los padres y alumnos para que sepan cómo actuar en estos casos.

También han creado una red de atención y apoyo para las víctimas de algún delito, para que puedan acercarse a denunciar y recibir asistencia durante el proceso legal.

Los padres de familia están preocupados por esta realidad y afirman que las autoridades no dan atención a la problemática de la inseguridad.

Finalmente, han realizado talleres de defensa personal a nivel nacional para que los jóvenes puedan reaccionar frente a un hecho de violencia si es necesario.

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