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La familia Becerra tuvo que tirar la comida que preparó la noche del domingo por el mal olor del agua.Angelo chamba

Quito: ¡Agüita sospechosa!

Desde Puembo reportaron que el líquido tenía olor a combustible. La Epmaps insiste en que todo está bien. Expertos hablan de los riesgos.

El Municipio de Quito levantó la alerta sobre una posible contaminación del agua de la urbe con combustible. Sin embargo, eso no dejó quietos a los ciudadanos. Y hubo reacciones.

La noche del sábado, un tanquero cargado con diésel se volcó en el kilómetro 27 de la vía Pifo - Papallacta, afectando al sistema de captación de agua de San Juan.

Este abastece al norte de la ciudad: desde la avenida Colón hasta Calderón, y las parroquias del nororiente, desde Pifo hasta Guayllabamba.

En el barrio La Cruz, de Puembo, el líquido, al parecer, no es el mismo: tiene un olor particular, dicen. “Huele a combustible”, insiste Gabriela Becerra, moradora de la zona.

En su vivienda habitan otras cinco familias que han tenido que seguir comprando galones de agua para consumir.

Incluso el arroz que preparó, confiando en el anuncio del cabildo, no resultó comestible. “Olía y sabía feo. Nos tocó botar la olla entera”, lamenta.

Según César Silva, presidente del barrio, la familia de Gabriela no es la única afectada. Al chat comunitario se reportaron al menos 50 familias con la misma novedad. “Yo me tomé un poco y luego estuve con dolor de estómago”, agrega el dirigente.

La alarma no solo se generó en este sector. En varios centros de abastos del norte de Quito, las perchas de botellones quedaron vacías poco después de que la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado (Epmaps) solicitara a los quiteños que no consumieran el líquido de los grifos.

Hasta el mediodía de ayer, dudaban de la transparencia del líquido.Angelo chamba

Unas horas más tarde, la alerta se retiró y los ciudadanos quedaron confundidos. “Yo no podía creer que en tan poco tiempo ya sepan que el agua de casi toda la ciudad esté limpia”, dice Silva.

Cristhian Valverde, experto en gestión de riesgos, concuerda con el vecino, pues considera que las pruebas debieron hacerse durante más días para estar seguros de la pureza del líquido vital. “Un derrame de combustible no se evalúa en tan poco tiempo”, comenta.

Asegura que una mínima cantidad de hidrocarburos es capaz de contaminar miles de litros de agua y que no es necesario que sepa o huela a diésel para no ser apta para el consumo humano.

Técnicos han tomado muestras de los sectores donde se receptaron denuncias de contaminación.CORTESÍA

“Es muy posible que las denuncias de estas personas sean ciertas. Se debió suspender el servicio enseguida”, agrega.

Pero Epmaps insiste en que el agua está en óptimas condiciones. En un comunicado informó que personal del Laboratorio de Control de la Calidad de la entidad ha tomado muestras y ha analizado el agua en todas las fases del recorrido, desde las captaciones de agua cruda, la conducción, en las plantas de tratamiento, en los tanques de distribución y en los hogares.

Además, informaron a este Diario que los técnicos se acercarán a Puembo para analizar el líquido vital.

Para Valverde, la respuesta no fue inmediata y el manejo de la información tampoco. “No debieron levantar la alerta hasta realizar varias pruebas”, concluye.

Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, explica que la afectación a la salud por la ingesta de agua contaminada con diésel depende de la cantidad que llegue al organismo. Si es mínima, se puede dar una inflamación en la mucosa del aparato digestivo. “El paciente puede presentar diarrea”, detalla. Esto se debe a que el hidrocarburo tiene una acción irritante.

Pero cuando la concentración es alta, produciría quemaduras en el intestino y otros problemas gástricos a largo plazo, como una mala absorción de nutrientes.