Once años es la edad promedio en la que los niños y adolescentes acceden a su primer teléfono celular, según un estudio de Unicef. Para Statista, empresa alemana de investigación de mercado y estadísticas, empieza a los 10 y cada vez es más temprano.

¿Y cuánto tiempo pasan en él? A escala mundial, una media de 711 horas y 45 minutos, como ha compartido la plataforma de bienestar y seguridad para familias Qustodio.

Para asegurar que el acceso a un ‘smartphone’ de niños y adolescentes se realice lo más responsable posible existen algunas recomendaciones.

Una de estas es aprender sobre los riesgos de Internet. Si bien las ventajas son evidentes, el ámbito ‘online’ es bastante desconocido para muchos padres y madres e introducir a los ‘pelados’ en él a ciegas puede ser peligroso.

El ‘ciberbullying’ (ciberacoso) es uno de los principales peligros de la red, algo que según el último estudio de la compañía alemana solo preocupa al 2 por ciento de las familias, a pesar del aumento en estas formas de acoso reflejado desde la pandemia.

Hablar las cosas y llegar a un consenso es otra de las medidas más recomendadas para las familias, poniendo la madurez de los hijos por delante de las edades recomendadas para ofrecer el primer ‘smartphone’.

Ojo con el sueño

Otra opción podría establecer acuerdos. Uno de estos pasa por establecer límites de horarios, de forma que la tecnología no afecte al sueño. Para asegurar el descanso es recomendable evitar que el teléfono móvil esté en el dormitorio, así como evitar el uso de las pantallas una hora antes de acostarse.

También es necesario asegurar la privacidad de las cuentas de las plataformas en las que los menores de edad tienen actividad, para saber si las publicaciones son visibles para todo el público o simplemente para familiares y amigos. Los expertos recomiendan limitar el acceso y optar por un perfil privado.

Los sistemas de control parental suponen una de las formas más sencillas y efectivas de evitar que los niños accedan a contenidos inadecuados o abusen del ‘cel’ durante el día. El uso de estas aplicaciones de control puede evitar discusiones y malentendidos.

Sea ejemplo para ellos

Un aspecto que a menudo queda desatendido es el de predicar con el ejemplo. El comportamiento de los padres frente a las pantallas debe ser tan saludable como el que se les exige a los pequeños.

De acuerdo con el estudio Digital 2021 de Hootsuite y We Are Social, los adultos pasan una media de 6 horas y 11 minutos diarios utilizando el móvil, una cifra muy alta que puede influir en las rutinas digitales de los menores.

Por último, los expertos destacan la importancia de enseñar a valorar y cuidar el dispositivo a los menores, que entiendan que es una herramienta y no un juguete y que su función principal es la de poder estar comunicados con ellos.