En el brote de viruela del mono que se reportó en 2022, los expertos recomendaban tener cuidado con quién se tenía sexo, ya que el contagio de este virus era casi exclusivamente sexual.

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En cambio, con la nueva cepa Clado Ib, que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a declarar una emergencia sanitaria internacional, no solo se señala las relaciones sexuales como fuente de contagio, sino también el contacto con secreciones.

“Los síntomas son los mismos en las dos cepas (Clado II y Clado Ib). Esto ha provocado que poblaciones de menos de 15 años también sean contagiadas”, dijo a EXTRA el médico epidemiólogo y doctor en Salud Pública Daniel Simancas.

El especialista detalló que los contagios con la nueva variante se producen de piel a piel, con salivas, mocos, besos y contacto con lesiones. Esta situación ha provocado que una adolescente africana, de menos de 15 años, haya fallecido producto de la enfermedad.

Pero, para tranquilidad de la gente, en Ecuador aún no se ha detectado ningún paciente con la nueva variante. “Los casos que se han conocido pertenecen a rezagos del brote de 2022. Es importante señalar que hasta el momento, de manera oficial, no se han reportado casos de la Mpox Clado Ib”, dijo.

El último contagio del que se conoce, es de un hombre de 34 años que reside en Guayaquil, según informó el Ministerio de Salud Pública (MSP).

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Acorde a los datos extendidos por la secretaría de Salud, en primera instancia el paciente requirió de atención hospitalaria; sin embargo, ahora ya se encuentra asilado en su vivienda y en condiciones estables.

A pesar de la aclaración del Ministerio, en X (antes Twitter) circuló información sobre el supuesto contagio de cuatro estudiantes del cantón Montalvo, en la provincia de Los Ríos, quienes habrían presentado erupciones una semana después de haber acudido a un sepelio en Guayaquil.

No obstante, Salud no ha confirmado este suceso. Por su parte, el centro de estudios, tras lo ocurrido, ha tomado medidas preventivas, como la limpieza y desinfección de las instalaciones.

Keila Carriel, madre de dos pequeños, explicó que en la escuela a la que asisten sus hijos se difundió un comunicado solicitando a los estudiantes que lleven mascarillas y alcohol. En la misma localidad, el comerciante Ángel Albán experimentó un incremento en las ventas, pasando de vender dos cajas de mascarillas a 80 en un solo día. Confirmó que las mascarillas para niños son las más demandadas.

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