EXTRA adelantó en su edición del 1 de enero que el 2023 sería un año difícil para Ecuador en asuntos de seguridad, porque los grupos de delincuencia organizada buscarían ejercer y hacer sentir su dominio criminal, no solo en las cárceles, sino también en las calles, llevándose incluso vidas de víctimas colaterales.

Kléber Carrión, oficial retirado y fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), había hecho un análisis que proyectó esta realidad que ha enfrentado el país durante doce meses. Para el especialista, los delincuentes lograron tomarse los sectores que estaban vulnerables, consolidándose así un estado criminal dentro de un estado formal.

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Esa situación fue la que elevó los niveles de violencia utilizados por los criminales, quienes han ‘normalizado’ el uso de armamento de guerra en zonas urbanas, como fusiles, granadas y otros explosivos.

Nelson Yépez, experto en Seguridad, había mencionado que dos de las estrategias para el combate del crimen organizado debían ser la colaboración extranjera y el trabajo social, en sectores de riesgo y escuelas para evitar que personas en vulnerabilidad, sobre todo económica, terminen en las redes de la delincuencia organizada. Sin embargo, no se cumplió.

En el tema de las cárceles, el fiscal César Peña había indicado que se debía mejorar el presupuesto para el control de los centros penitenciarios y hacer cambios legales para que las fuerzas del orden pudieran actuar con mayor libertad. Ahora, el funcionario menciona que es evidente que no existió un control estricto integral y que los estados de excepción que hubo durante el año no fueron la solución.

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Kléber Carrión hace énfasis en que “en este momento no tenemos una situación normal, tenemos una situación de guerra en contra de la delincuencia. Y la guerra se la combate con acciones de firmeza, no con acciones tibias, no con únicamente prevención, se necesita una igualdad de armas e igualdad de circunstancias”.

Yépez concluye que durante el 2023, al parecer, “no hubo una planificación, un estudio de Inteligencia, de la proyección de cómo se iba a incrementar el índice delincuencial en el Ecuador, no lo hubo”. Ahora, los expertos coinciden en que si se actúa de la misma forma para el 2024, los actos criminales tendrán una brutalidad nunca antes vista.

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