Por novelería o necesidad, los usuarios del Metro de Quito -aún en fase de pruebas- abarrotaron la mañana de este martes 2 de mayo de 2023 la estación de Quitumbe, en el sur capitalino, en su primer día de servicio con cobro de pasajes, pues pasó de recibir un pico máximo de 600 personas por turno (en la fase gratuita) a más de 1.800.

Esta situación generó un caos repentino, porque la entidad municipal no estaba preparada para atender a tanta gente y no le quedó otra opción que permitir el paso gratuito a más de un millar de clientes. Esto ocurrió únicamente en un viaje, luego se retomó la normalidad en los pagos por el ingreso.  Sin embargo, los inconvenientes no desaparecieron: la impresión de los boletos era lenta y fallaban los lectores de los códigos en las máquinas de validación que están en los pasillos de acceso a los andenes.

Jean Marc Palma, quien utiliza este sistema desde su fase gratuita, comenta que en su experiencia notó que el problema de las largas colas estaría en la demora de “las máquinas al sacar el ticket, no en los cajeros”.

Parte de esta opinión la comparte Alberto Alcívar, otro usuario, pero añade que si en las estaciones existieran más taquillas, no se hubieran formado largas colas ni las quejas de la ciudadanía: “viajas en 20 minutos, pero con fila de una hora”.

Vagones delanteros

Algo que llamaba la atención en los andenes era que, pese a que los trenes han sido diseñados para transportar a más de 1.200 personas, la mayoría buscaba embarcarse solo en una parte del metro: la delantera.

De lo que se pudo observar en el sitio, los usuarios preferían acumularse en los vagones cercanos a la cabina de mando, en lugar de buscar los espacios en la zona posterior, que quedaban prácticamente vacíos.

“Se dañó”

El último viaje matutino del primer día de cobros fue a las 10:00 y una de las usuarias que desembarcó en Quitumbe fue Magaly Curay. Al preguntarle cómo le fue en el viaje su inmediata respuesta fue la siguiente: “se dañó”.

De ahí explicó que la novedad se presentó al llegar a la estación de Solanda, en el sur de la ciudad, porque las puertas no habrían funcionado de manera automática, lo que llevó a que una especialista realizara una apertura manual para que descendiera un grupo de personas.

La mujer contó su anécdota entre risas y nervios, porque era su primer paseo en este sistema de transporte y le deja un recuerdo para no olvidar.

Viaje en familia

Esta nueva fase del Metro de Quito coincidió con una cita médica que el hijo, de 10 años, de Mariela Hidalgo y Javier Troya tenía en un centro médico cercano al parque El Ejido, en el centro norte capitalino. En el sitio hay una estación y los padres, aprovechando la ocasión, decidieron hacer su primer viaje en familia.

Troya comentó que salieron con antelación porque se esperaban largas filas para el ingreso. No obstante, corrieron con suerte, porque ellos llegaron para el último tren y para esa hora había muy pocos usuarios.

Confirmó inconvenientes

A través de Twitter, el alcalde capitalino, Santiago Guarderas, publicó: “¡El Metro de Quito es un hecho! Nadie lo puede dudar. Hay inconvenientes que se irán puliendo para ofrecer en poco tiempo un servicio impecable a los quiteños”. (SCM)