Carlos Eduardo Mazzini Hernández tenía como rutina diaria salir de su casa, ubicada en el sector de La Casuarina, conocido como la entrada de la 8, en el noroeste de Guayaquil, y dirigirse a la vivienda de su madre en las calles 24 y Sedalana, en el suroeste de la ciudad. Allí solía pasar varias horas y regresaba a su hogar antes de la noche.

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Sin embargo, la tarde del miércoles 30 de octubre no logró completar su hábito. Mientras se movilizaba en su vehículo negro, con placa GIZ-343, por el Puente Patria, en el suburbio de la ciudad, fue interceptado por dos sujetos en una motocicleta que le dispararon, quitándole la vida. El hecho ocurrió aproximadamente a las 17:00.

Mazzini, de 52 años, tenía varios procesos judiciales por estafa, y, según comentaron sus familiares a EXTRA, trabajó hace algunos años para el Municipio de Guayaquil.

“Mi tío dejó de trabajar para el Municipio porque se enfermó; padecía de diabetes emocional, y esa enfermedad afectó mucho su salud. Durante el día se quedaba en la casa de mi abuela, a quien cuidaba mientras mis tías trabajaban”, contó una allegada del fallecido.

De acuerdo con información de la Policía, desde hace tres meses, Carlos Eduardo había estado recibiendo amenazas, tanto de manera presencial como a través de llamadas telefónicas.

“Al parecer, tenía una deuda pendiente relacionada con un préstamo de dinero. En una ocasión, varios individuos llegaron a su domicilio y realizaron disparos, posiblemente como advertencia. En el lugar de los hechos se recogieron seis casquillos de calibre 9 milímetros”, indicó el investigador policial. 

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