El rostro de Martín Álvarez irradiaba una inmensa alegría. El pequeño tenista de 11 años acababa de conseguir que el argentino Francisco Comesaña, una de las revelaciones del torneo de Wimbledon 2024 y favorito para ganar el Challenger de Guayaquil, le autografiara su pelota de tenis.

(Le puede interesar: La historia de Alan Franco, el ecuatoriano que va por la Copa Libertadores con Atlético Mineiro)

Vestido con ropa y zapatos deportivos, Martín corrió hacia sus padres, Ricardo Álvarez y Alegría Molina, para compartir su emoción. Mientras hacía rebotar la bola sobre la arcilla del Anexo Tenis Club de Guayaquil, en el cantón Samborondón, exclamaba entusiasmado: “¡Comesaña me la autografió!”.

Escenas como esta se repiten a diario en el Challenger de Guayaquil, que se desarrolla desde el 28 de octubre hasta este 3 de noviembre. A pesar de los cortes de energía, el torneo se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes de este deporte y las familias guayaquileñas, samborondeñas y dauleñas, que aprovechan las tardes y noches para disfrutar de este evento.

“El ingreso al club es fácil. Uno se parquea y accede rápidamente a las canchas. El evento es lindo para quienes aman el tenis, como a mí, para venir a disfrutar en familia, con y sin apagones”, comentó Alegría Molina a EXTRA.

Ella ha inculcado el amor por el deporte blanco a sus tres hijos, siendo Martín el más apasionado. Desde los 5 años sueña con ser un tenista profesional. “Sería increíble estar parado en esta cancha y jugar este torneo”, expresó Martín, visiblemente impresionado por el alto nivel de juego de los profesionales.

“Le pegan a la pelota con mucha fuerza y precisión, con mucho margen por encima de la red. Abren bien la cancha y manejan los cambios de ritmo”, analizó Martín tras la victoria del martes 29 de octubre de Comesaña sobre el ecuatoriano Francisco Castro por 6-1 y 6-0.

“El tenista local no tuvo su mejor día, pero tiene 16 años y debería disfrutar de esta experiencia. Yo estaría encantado de estar en su lugar”, acotó.

La noche del miércoles 30 de octubre, la familia Álvarez Molina regresó al Challenger para apoyar al ecuatoriano Andrés Andrade, quien venció en su partido de octavos de final al peruano Juan Pablo Varilla por 7-6 (3) y 6-2.

“A todos los jóvenes que practican tenis les diría que no se pierdan este evento. Es una oportunidad única para aprender de jugadores de alto nivel y vivir la emoción de cerca”, concluyó Alegría.

Para más noticias de este tipo, ¡SUSCRÍBETE A EXTRA!