Agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) de la Policía Nacional continúa indagando un crimen que ocurrió en Sangolquí, cantón Rumiñahui, al sur oriente de la capital. Un joven fue asesinado a tiros.

Los responsables de este hecho violento todavía no han sido capturados y los investigadores recaban los indicios necesarios para ubicarlos y ponerlos ante las autoridades competentes. Revisan cámaras del lugar de los hechos para tener más conocimiento.

La noche del domingo 1 de septiembre, personal policial del Distrito Rumiñahui recibió una alerta de que se escucharon disparos en la avenida Abdón Calderón y Guayaquil a las 22:45.

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Un patrullero llegó al sitio para indagar al respecto y observaron que había un joven tendido en la calzada con sangre a su alrededor y cerca de este estaba una motocicleta negra. Llamaron a una ambulancia para que lo atendieran.

Mientras tanto una mujer se acercó nerviosa a los policías y les contó lo que había sucedido. Ella trabaja en un restaurante de comida china por el sector y la víctima también laboraba en el lugar como cocinero.

A las 22:10, el joven, de 26 años, llegó en su motocicleta a dejar unas llaves al dueño del restaurante y le comentó a su compañera que le estaban grabando. Lo dijo por varias ocasiones. Ella lo tomó a broma y no le prestó mucha atención

Luego, la mujer le pidió que la llevara a su casa porque su novio no iba a llegar para hacerlo. En ese momento, ella vio que una moto roja estaba parqueada al frente y cerca de esta había un hombre con camia blanca y casco rojo.

El joven cocinero aceptó el pedido. La trabajadora se subió a su motocicleta y, antes de que acelerara la marcha, el desconocido se acercó, sacó un arma de fuego y disparó por tres ocasiones en contra de su compañero.

Ambos cayeron y la víctima, mientras agonizaba le dijo a su compañera: “¡Corre, que yo ya me voy a morir!” La testigo huyó del sitio y se metió a una pizzería desde donde llamó a la central de emergencia ECU 911 reportando lo sucedido.

Los Policías llegaron a los pocos minutos del evento violento. Cuando revisaron el teléfono del cocinero asesinado se percataron que había grabado a su verdugo. Con esta información los agentes tratan de ubicarlo para detenerlo.

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