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Los planes de vida le cambiaron a esta joven, así como en su día a día, pero no sus ganas de vivir.Claudia Pazán

Viviana Ávila: “No está en mis planes dejarme vencer del cáncer”

En Cuenca, una madre que enfrenta condrosarcoma en el hueso de su cadera busca ayuda internacional para una intervención quirúrgica

Viviana Ávila irradia una sonrisa constante. Su determinación por vivir es más fuerte que nunca y su espíritu se fortalece cada día. Ella enfrenta un cáncer en el hueso de su cadera y reconoce que hay días difíciles, pero elige salir adelante y disfrutar de la vida, manteniendo la esperanza de encontrar un especialista que pueda salvarla.

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En septiembre de 2023, fuertes dolores lumbares llevaron a Viviana a consultar múltiples centros de salud en Cuenca, Azuay, para entender lo que le sucedía, ya que los tratamientos previos no aliviaban completamente su dolor.

El 15 de mayo de 2024, una resonancia magnética reveló un tumor de condrosarcoma grado dos, de más de 10 centímetros, alojado en su hueso de cadera. Este tumor era la causa de sus dolores lumbares.

CAMBIOS EN SU VIDA

Tras recibir la noticia, Viviana Ávila decidió enfrentar la situación con valentía y aferrarse a la esperanza de recuperarse para seguir persiguiendo sus metas personales.

Con tristeza, menciona que la enfermedad la ha alejado de sus actividades favoritas como el ciclismo, la escalada y los largos paseos con su perro Sultán. También ha afectado su vida familiar: su hijo de 14 años ahora vive con sus abuelos paternos y su madre se jubiló para cuidarla a tiempo completo.

Viviana Ávila anhela tener un tratamiento que le permita una segunda oportunidad.Claudia Pazán

“Me han prohibido hacer deporte. Mi hijo ya no puede vivir conmigo. Mi mamá ahora pasa mucho tiempo en casa. Digamos que las cosas han cambiado”, confiesa. Extraña la vida “normal” que tenía antes del diagnóstico.

Ahora, su rutina gira en torno a las citas médicas y los análisis para controlar la metástasis del cáncer, que también ha afectado sus pulmones. Cada 21 días se prepara para recibir quimioterapia, con dosis dobles en cada sesión. “Aunque sé que se están destruyendo células sanas de mi cuerpo, también sé que el tratamiento está controlando el tumor”, señala.

El entusiasmo y las ganas de vivir son sus mejores aliados mientras enfrenta este difícil tratamiento, a pesar de que en Solca la han desahuciado después de diez sesiones de radioterapia para aliviar el dolor.

EL TRATAMIENTO

La única opción para eliminar el cáncer de su cadera izquierda sería una cirugía extremadamente invasiva, que implicaría cortar el 70 por ciento del hueso, remover todo el coxis y seccionar dos nervios cruciales para el control del pie y de los esfínteres.

Sin embargo, Viviana rechaza esta opción por sus graves implicaciones para su movilidad y calidad de vida a largo plazo. “Pasar de ser la persona que descendía más de 60 metros en rapel a depender de pañales no es algo que quiera considerar”, explica.

Diez meses atrás la paciente empezó a presentar dolores lumbares.

UNA ESPERANZA

Mantiene la esperanza en un tratamiento alternativo y personalizado que pronto podría llegar desde Estados Unidos, aunque desconoce aún cuál será el costo. “Enviamos a Florida una muestra de mi tumor y hasta la próxima semana deben llegar los resultados del medicamento que debo comenzar a ingerir con el objetivo de hacer que el tumor reduzca su tamaño de forma acelerada y la cirugía no sea tan invasiva”.

También ha enviado su caso a fundaciones internacionales y universidades de otros países para que analicen su condición y le ofrezcan un tratamiento que la cure, pero que no cambie “de forma muy drástica en el estilo de vida que tenía antes de la enfermedad”.

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