En una jugada de estrategia e inteligencia, en la madrugada de este jueves 14 de marzo de 2024, las Fuerzas Armadas cerraron el cerco sobre dos presuntos terroristas, Niño Rico y Veneco, vinculados a la organización Los Tiguerones.

La operación, que culminó con la captura de los fugitivos, se dio en el sector Santa Rosa, un rincón rural del cantón Quinindé, en la provincia de Esmeraldas, donde los sospechosos habrían montado un espacio para sus operaciones

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Alias Niño Rico, presunto cabecilla de la organización se camuflaba tras una fachada de lujos y excesos, había encontrado refugio en una finca, en una zona remota. Habría despojado de su propiedad a una familia de campesinos.

“Desde que llegaron se empezó a ver mucha gente desconocida y armada. Muchas familias decidieron salir de sus fincas”, aseguró Milton Vera, dueño de una hacienda vecina de donde se habían establecido los hombres.

La propiedad a la que se  llegaba  solo por vías terciarias, se convirtió en el último bastión del sospechoso apodado Niño Rico. Sin embargo, ni la distancia ni la oscuridad pudieron protegerlo del alcance de la justicia.

La red de inteligencia militar localizó el ‘escondite’, ubicado a hora y media del centro poblado de Quinindé. Durante la operación incautaron un fusil de asalto, una subametralladora y municiones suficientes para sostener un pequeño conflicto.

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