Zoilo Bohórquez Lindao, de 73 años, sucumbió a una muerte horrorosa tras tres días de agonía en un hospital de Guayaquil. El anciano fue trasladado en estado crítico después de quedar casi carbonizado en un incendio forestal que él mismo comenzó al intentar quemar la maleza de su pequeña finca.

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El fatídico suceso ocurrió el 23 de septiembre en la comuna San Antonio, del cantón Playas, Guayas, justo detrás del cuartel militar de la base Saraguro.

Bohórquez, quien sufría de una discapacidad en una pierna, había cortado la maleza seca y, sin imaginar el desenlace, decidió prenderle fuego. Lo que comenzó como una quema controlada rápidamente se transformó en un infierno fuera de control, con las llamas devorando todo a su paso.

Desesperado por salvar unas mangueras de agua que estaban en peligro, el anciano, a pesar de su dificultad para moverse, intentó sofocar el fuego. Sin embargo, en su intento, perdió el equilibrio y cayó al suelo, donde las voraces llamas lo alcanzaron, envolviendo su cuerpo hasta dejarlo prácticamente irreconocible.

Un maquinista que trabajaba cerca del lugar escuchó los desgarradores gritos de auxilio. Pero cuando llegó al sitio, ya era demasiado tarde: el cuerpo del anciano yacía carbonizado.

La tragedia dejó consternados a sus familiares, quienes lo trasladaron de urgencia al hospital básico de Playas y, posteriormente, a Guayaquil. A pesar de los esfuerzos médicos, el hombre falleció la noche del 27 de septiembre, debido a las severas quemaduras, según relataron sus parientes, quienes se mostraron reacios a dar más declaraciones a la prensa.

Se tenía previsto que el entierro del infortunado hombre se realizara el sábado 28 de septiembre.

Solo dos días antes, en el kilómetro 7 de la vía a Posorja, los bomberos lograron sofocar otro conato de incendio, lo que evidencia el creciente riesgo de este tipo de tragedias en la región. (NM)

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