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El pingullero de Pujilí: El tradicional personaje del desfile del Corpus Christi
En diálogo con EXTRA, el pingullero relató como fue que nació su personaje y cómo lo ha llevado hasta los desfiles
El hombre viste un pantalón blanco con adornos bordados, que significan la pureza y los colores de la fiesta. Carga un tambor del que, sujetas por una piola de cabuya, cuelgan frutas encima, como mandarinas, plátanos, maíz, pan y limón, lo que representa la producción agrícola de la zona subtropical de su tierra, Pujilí.
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Para hacer más curiosa su vestimenta, lleva unos aretes elaborados con una caja de cigarrillos, fósforos y ají, que sirven para limpiar y absorber las malas vibras. Y su poncho rojo significa don de mando.
Así es como se ‘encachinará’ Gustavo Antonio Segovia Cárdenas, de 72 años, para el desfile del Corpus Christi que se dará el sábado 1 de junio. En su tierra todos saben de él: es el pingullero de Pujilí.
Así nació el personaje 'El pingullero de Pujilí'
Desde 1990, la calle 3 de Mayo llena de música al cantón con esta ‘pachanga’ que tiene varias representaciones como, por ejemplo, que el alcalde es el encargado de dirigir la danza y al tamborero. El prioste con el guion es acompañado por dos ‘mamá danzas’.
El pingullero relata que cuando era pequeño, en la escuela donde estudiaba, la Pablo Herrera, hacía ‘relajo’, silbaba y golpeaba con una mano el pupitre de madera al son del ritmo que bailaban los danzantes, cuando de pronto gritó “¡llegó corpus!”.
Jaime Bustamante, quien era su profesor, le escuchó y le dijo: “ya te vamos a hacer corpus”, y le tomó las tablas de multiplicar, cuenta entre risas el pingullero.
Tiempo después, se graduó en el Instituto Pedagógico Belisario Quevedo, como docente. Esto le abrió las puertas para andar de aquí para allá, conociendo escuelas y recintos. Cuando llegó a Juigua Yacubamba, en el cantón Pujilí, fue cuando le ‘picó el bichito’ por aprender a tocar el pingullo y el tambor. Es así como Segovia lleva 34 años siendo el tamborero y pingullero de los danzantes del cantón.
“Con el pasar de los años varios personajes importantes del desfile han desaparecido; antes existían los gigantes y el llorón, quienes eran parte de esta festividad”, recuerda Gustavo.
Además, explica que antes una cuadra estaba adornada de plumas y en la otra cuadra bailaban con sombrero. Los danzantes cubrían sus rostros con máscaras de alambre y nadie sabía quiénes eran; ahora no se cubren el rostro.
De esta manera, el desfile del Corpus Christi en Pujilí sigue siendo una vibrante celebración de la herencia cultural y la identidad comunitaria, adaptándose con el tiempo pero siempre manteniendo vivas sus tradiciones y simbolismo.
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