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El Oro: Los tres cuerpos enterrados en Santa Rosa eran de mineros desaparecidos
Estaban sepultados en una fosa común en la parroquia Torata. Familiares los reconocieron por sus prendas
Hermel Fabián Carpio Pezantes, de 32 años; Luis Gerónimo Chávez Mendieta, de 42; y Wilmer Severo Durán Bermeo, de 40, salieron la mañana del 1 de octubre de 2024 rumbo a las minas de Cerro Pelado, en la parroquia Torata, del cantón Santa Rosa, en la provincia de El Oro. Iban en una camioneta roja, como tantas otras veces, pero ese día no volvieron ni dieron más señales de vida.
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A las 09:00, uno de ellos mandó un mensaje por WhatsApp. Fue lo último que supieron sus familias. Desde entonces, empezó una pesadilla que duró más de seis meses.
La angustia diaria de los familiares
Los primeros días fueron los más desesperantes. Según los familiares comenzaron a llamar, a buscar pistas, a preguntar por todos lados. Recorrieron caminos, subieron cerros, pegaron afiches, y no se cansaron de pedir ayuda. Denunciaron la desaparición ante la Policía y los agentes de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión. (Dinased), empezaron las investigaciones.

Revisaron cámaras de seguridad y confirmaron que, ese mismo día, los mineros habían estado en una gasolinera de Santa Rosa. Se los veía tranquilos, sin nada extraño. Luego desaparecieron del mapa.
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Cada día que pasaba sin noticias era un golpe más. Las familias no perdían la esperanza, de encontrarlos con vida.
Un olor extraño y un descubrimiento terrible
El sábado 12 de abril de 2025, en plena zona rural de Torata, la Policía realizaba una inspección en un terreno cuando un fuerte olor a putrefacción alertó a los agentes. La tierra estaba removida, como si alguien hubiese enterrado algo. Al excavar, encontraron tres cuerpos en avanzado estado de descomposición.
Habían pasado unos tres meses desde la muerte, según las autopsias. Pero el estado de los cuerpos era tal que no se pudo determinar la causa exacta del fallecimiento. Por eso, el informe forense solo indica: “muertes por determinar”.
Los reconocieron por su ropa y tatuajes
Aunque el tiempo había pasado, sus seres queridos pudieron reconocerlos. Las prendas de vestir, los tatuajes y algunos rasgos físicos bastaron para confirmar lo que tanto temían: los tres cuerpos eran de Hermel, Luis y Wilmer.
Son de Camilo Ponce Enríquez
Los tres estaban enterrados juntos, en una fosa común. No fue un accidente. Alguien los mató y quiso esconder todo, esa es la principal hipótesis de la policía.
Las autoridades no descartan que el crimen esté relacionado con conflictos en la zona minera, donde hay problemas por el control de terrenos, extorsiones y presencia de grupos armados.
Los tres mineros eran de la comunidad San Gerardo, perteneciente al cantón azuayo, Camilo Ponce Enríquez y sus cuerpos fueron entregados la mañana de este martes 15 de abril.
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