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El miedo se pasea por las calles del barrio Tripa de Pollo, en Esmeraldas, ¿por qué?
Tras un reciente ataque a balazos que dejó cuatro víctimas, afloró el temor en la población y muchos optaron por encerrarse
Las calles del barrio Tripa de Pollo, en el norte de Esmeraldas, alguna vez bulliciosas y llenas de vida, ahora están sumidas en el silencio.
El eco de los gritos y disparos que retumbaron durante el fin de semana, la mañana de este lunes 19 de agosto de 2024 aún persistía en las mentes de los habitantes. El brutal ataque contra quienes asistían a una fiesta de cumpleaños, por el cual cuatro vidas fueron arrebatadas y hubo más de diez heridos, ha dejado al barrio en un estado de angustia constante.
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Por las estrechas y serpenteantes calles ronda el temor. Las ventanas de las casas están cerradas, las puertas trancadas y apenas se ve movimiento. Incluso los perros, que antes corrían libremente entre los charcos de agua estancada, ahora permanecen en silencio.
“La gente ya no sale a la tienda como antes”, cuenta Mariana (nombre protegido), de 52 años, quien ha vivido toda su vida en Tripa de Pollo. La voz le tiembla y mantiene la mirada baja. “El miedo te encierra”, dice.
Inseguridad en Esmeraldas
Con la tragedia que se desató a las 02:00 del domingo 18 de agosto de 2024, en la comunidad volvieron a sentir ese sacudón que tuvieron el 20 de diciembre de 2022, con la noticia del asesinato de Fabián Portez y Jefferson Caicedo. Eran jóvenes conocidos en el barrio.
En abril de este año, el descubrimiento de un cadáver envuelto en plástico negro entre dos escuelas, les recordó en Tripa de Pollo que la calma solo era un espejismo.
Este miedo es palpable en las palabras de los residentes. Tripa de Pollo se ha convertido en una prisión sin muros visibles. El sonido de una moto hace que los corazones se aceleren, y ver a alguien desconocido caminando por las calles desencadena susurros nerviosos.
La captura de Jimy B., alias Hongo, en enero de este año, trajo una breve sensación de alivio. Hongo era conocido como cabecilla de una banda, pero esa sensación de seguridad fue efímera. No obstante, estar en Tripa de Pollo es como si el miedo hubiera detenido el reloj.
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