“Mi hermanito no puede estar muerto”, gritaba una mujer que llegó a la oscura vía del relleno sanitario de Machala, provincia de El Oro, en el kilómetro 12 de la carretera Balosa, donde se encontraron sin vida a Pedro Miguel Córdova Solano y Joel Javier Muñoz Velasco, de 21 y 25 años, respectivamente. Estaban boca abajo y con impactos de bala en la espalda.

Pasadas las 21:00 del viernes 20 de octubre de 2023, vecinos reportaron la balacera a la policía. Los uniformados encontraron los cadáveres a unos 200 metros hacía el basurero, al pie de un letrero que decía: “No botar basura ni escombros”.

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Álvaro Rocha, jefe del Distrito Machala, informó que los dos jóvenes habían sido llevados hasta la vía de segundo orden, donde les dispararon y abandonaron.

“Las víctimas fueron asesinadas en el lugar, a simple vista podemos observar que los casquillos están alrededor”, dijo el oficial de Policía.

Personal de Criminalística y de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased) hicieron un barrido por la zona oscura y recabaron 14 indicios de bala 9 mm y dos balas no detonadas.

Por la forma en la que quedaron los cuerpos y la ubicación de los disparos, la policía presume que los dos sujetos fueron arrodillados y ejecutados de espaldas. “Tienen orificios de bala en la espalda y hombros”, dijo Rocha.

Mientras los agentes cumplían el procedimiento, llegaron los familiares de las víctimas. Un agente mostró la foto de un tatuaje en la mano derecha que tenía uno de los fallecidos y una fémina lloró. Confirmó que se trataba de su ñaño, con quien trataron de comunicarse desde la tarde de ese día, pero sin éxito. “No puede ser, mi hermanito no puede estar muerto”, decía la mujer. La policía tiene como hipótesis un posible ajuste de cuentas.

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