El cerro Puñay, un punto de gran atracción turística conocido como Templo Andino, en la provincia de Chimborazo, donde se conservan vestigios del pueblo Cañari, es presa de un incendio forestal de gran magnitud.

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Bomberos de Chunchi y Huigra, más 17 de Riobamba, se unieron al esfuerzo conjunto de autoridades, policía y comuneros de Angas, Santa Rosa, Lagos y Joyagshi, quienes trabajan arduamente para mitigar el fuego que ya ha consumido más de 80 hectáreas.

Para determinar las zonas afectadas y coordinar mejor las labores de mitigación utilizan drones y equipo especial. Estos dispositivos permiten obtener una visión aérea detallada del incendio, facilitando la identificación de los focos activos. El incendio, que inició el jueves 14 de noviembre de 2024, había sido controlado inicialmente. Sin embargo, debido a los fuertes vientos y sequedad, se ha propagado.

El Comité de Operaciones Emergentes (COE) de la localidad se mantiene en sesión permanente, debido a la gran magnitud del fuego. “Es una gran tristeza, es una zona turística donde la gente viene a acampar y mirar los hermosos amaneceres y puestas de sol. Es una pérdida no solo ambiental, sino también para la economía del pueblo”, indicó un morador.

La Federación de Organizaciones Campesinas de Chunchi (Forcach), preocupada por la afectación, ha solicitado al COE Cantonal que, una vez identificados los causantes de los incendios, se les permita aplicar la justicia indígena.

Otros sectores afectados por el fuego

Se han reportado otros incendios en el cantón Alausí, el humo obstruye la visión en la vía. En el sector de la Plaza de Rastro, en Ayurco Sibambe y el Frondoso, además en San Miguel Loma.

“Estamos con tres incendios activos que sobrepasan las 100 hectáreas”, indicó Hugo Arellano, comandante de Bomberos de Alausí, quien, además, manifestó que el 99 por ciento de estos incendios son provocados; sin embargo, producto de la sequía se descontrolan y la presencia de fuertes vientos complica la labor de los bomberos.

Parroquia  Angamarca en emergencia

La parroquia Angamarca, del cantón Pujilí, en Cotopaxi, se encuentra en emergencia debido a los incendios forestales que han consumido extensas áreas durante la última semana, se mantienen activas, especialmente, en el sector de Ramos Playa.

El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) convocó a una minga comunitaria, y, ayer, desde las 08:00, se reunieron en la plaza central de Angamarca con azadones, machetes, bombas manuales y tongas, indispensables para combatir el fuego.

La situación es crítica en la zona baja, debido a las condiciones del terreno y la propagación rápida del fuego. Ramos Playa, uno de los sectores más afectados, ha sido el foco principal de las intervenciones. Sin embargo, la magnitud del incendio supera las capacidades locales, por ello la necesidad de la minga y apoyo ciudadano.

Este tipo de emergencias no solo afecta los recursos naturales, sino que también pone en riesgo la biodiversidad y la seguridad de las comunidades. Hasta el momento, los incendios forestales dejan en la provincia de Cotopaxi dos personas de la tercera edad fallecidas.

En Loja, más de 300 familias han perdido cultivos

La emergencia que se vive en Loja por los incendios forestales es considerada sin precedentes, porque ha generado un impacto devastador en la biodiversidad y ha agravado la calidad del aire, representando un riesgo para la salud de la población.

Vinicio Alvarado, docente de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Loja, explicó que la entidad ha implementado un sistema de monitoreo ambiental y destacó que los días 16 y 17 de noviembre fueron los más críticos, con niveles de contaminación capaces de causar daños severos al sistema respiratorio, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes, como asma o EPOC.

Alvarado recomendó a la población usar mascarillas, mantener las viviendas cerradas y evitar actividades al aire libre.

El incendio más severo se registra en San Pedro de Vilcabamba, donde se han perdido 3.724 hectáreas. Otros sectores afectados incluyen Jipiro Alto, con 379 hectáreas, y Chuquiribamba con otras 348 hectáreas.

Según Jorge Carrillo, titular de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, aunque en San Pedro el fuego está parcialmente controlado, los daños económicos y ambientales son enormes. Más de 300 familias han perdido sus cultivos y colmenas.

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