El suceso se dio en una hostería ubicada en Tulcán, complejo turístico El Carrizal. Tras los trabajos y operativos de control realizados por parte de la Intendencia de Carchi y la Policía Nacional se descubrió lo impensable. 

Las autoridades hallaron un circuito cerrado de vídeo, conectados a los parlantes de 5 de las habitaciones del complejo. Los equipos de sonido contaban con cámaras de vídeo escondidas en su interior, con la intención de filmar a los huéspedes del establecimiento.

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La Intendencia de Policía confirmó que desde hace más de un mes se encontraban en operación las cámaras de vídeo, las cuales se encontraban frente a las camas. El material de los equipos fue extraído por las autoridades locales. 

En el territorio ecuatoriano, el delito de violación a la intimidad se condena con una pena privativa de libertad de 1 a 3 años.

Además, en una rueda de prensa, se confirmó que el establecimiento no contaba con los permisos correspondientes del Ministerio de Turismo.

Las suites contaban con luces de colores, jacuzzi, tubos, licores y otros elementos que no habían sido registrados ni notificados a las autoridades.

La policía logró la intervención, mientras investigan la intención detrás de la filmación. Se especula que las grabaciones podrían estar siendo utilizados para su comercialización dentro de páginas de contenido explícito, o incluso para delitos de extorsión. 

El sitio fue temporalmente clausurado y después de la audiencia, al detenido le dictaron medidas sustitutivas.

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