Como un “diluvio”, así fue calificado por los cuencanos la fuerte lluvia que, tras 31 días de sequía, se presenta en varios sectores de la ciudad desde las 17:20 de este jueves 28 de septiembre del 2023. 

El fenómeno llega para paliar en algo las amenazas de racionamientos de agua potable y de energía eléctrica, anunciadas tras el largo estiaje que secó los caudales de los ríos de la capital azuaya, Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara, cuyos flujos de agua bajaron a los 0.80 metros cúbicos por segundo, muy por debajo de los 90 y 100 metros cúbicos considerados como normales.

La lluvia esta acompañada con truenos y uno que otro rayo, que lejos de asustar a los morlacos, incentiva algo de alegría con la esperanza de que se vaya incrementando las precipitaciones, que llevan a normalizar las actividades sin miedos a los cortes y racionamientos de los servicios vitales de agua y energía eléctrica.

Son lluvias que se registran, según datos de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado ETAPA, en toda la urbe y se aspira a que de igual manera comience a caer a las zonas altas, donde nacen los afluentes que cruzan la ciudad y que sirven de tomas para el tratamiento del líquido elemental.

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