En la calurosa Barranquilla, un hombre de 70 años llega al ritmo de sus pasos cansados, pero con la mirada fija en un solo objetivo: apoyar a su Ecuador.

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Manuel Ángel Loor Zambrano, mejor conocido como Cascarita, ha recorrido una distancia impresionante para estar en el duelo de Eliminatorias rumbo al Mundial. Desde Santo Domingo, Ecuador, hasta la costa caribeña colombiana, no hay obstáculo que detenga a este apasionado hincha tricolor, quien no duda en hacer sacrificios extremos por su selección.

“Me pegué 50 horas de viaje, vía terrestre, salí desde Santo Domingo, pasé por Tulcán, Ipiales, Medellín, y finalmente, acabo de llegar a Barranquilla”, cuenta Loor con una sonrisa cansada pero llena de satisfacción.

El hombre, que lleva 37 años siguiendo a la selección, es conocido en cada en el Ecuador por su incansable pasión y su dedicación única.

Una vida al servicio de la camiseta tricolor

Loor no es un hincha común y corriente. Su historia está marcada por la constancia y el sacrificio. Ha acompañado a Ecuador en 7 Copas América, 8 Eliminatorias y 3 Mundiales, dos de ellos de menores y el histórico de mayores en Brasil 2014.

Pero su relación con la selección va más allá de los estadios y los partidos; es una historia de vida, esfuerzo y perseverancia.

Este lunes, después de su largo recorrido de 50 horas, llegó al mediodía a Barranquilla. Un viaje en el que dejó atrás el confort de su hogar para seguir la tradición que le ha acompañado toda su vida.

“Plata está encendido, es un buen momento para ganar. Tengo toda la convicción de que podemos ganar y, si no, también me contento con un empate”, dice con optimismo antes del crucial encuentro de Eliminatorias en el estadio Metropolitano.

Cascarita: un hombre de sueños y malabares

A lo largo de más de tres décadas, Cascarita se ha hecho conocido no solo por su amor incondicional por Ecuador, sino también por su destreza con el balón. Con piedras y balones, Loor realiza acrobacias y malabares en las calles, un arte que le ha permitido ganarse la vida y reunir los recursos necesarios para cumplir su sueño: ver a su selección en el campo.

Su habilidad con el balón no solo lo ha llevado a lugares icónicos de Sudamérica, sino que también le ha proporcionado las entradas para seguir a Ecuador en sus grandes competiciones.

“Con las cascaritas, espero reunir lo suficiente para conseguir una entrada y así disfrutar del partido de la Tri aquí, en Barranquilla”, comenta, mientras una sonrisa de esperanza se dibuja en su rostro.

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