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Cómo la crisis energética en Ecuador está produciendo un efecto dominó en Ambato
Las industrias de Ambato le hacen un pedido al Gobierno ante los cortes de luz
En el parque industrial de Ambato, las luces de las fábricas se apagan con frecuencia, obligando a muchas empresas a detener sus actividades. Los constantes cortes de energía eléctrica, que en algunos casos han durado hasta 24 horas e incluso hasta 60 horas, han puesto en jaque al sector industrial de Tungurahua, el cual contribuye a la economía del país y genera decenas de empleos.
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Jorge Valenzuela, presidente de la Cámara de Industrias y Producción de Tungurahua (CIPT), explica que los cortes de energía en el sector industrial de Ambato y Cuenca son más manejables debido a la concentración de las industrias en parques especializados. Esto permite una administración más controlada, en comparación con ciudades como Quito y Guayaquil, donde las fábricas están distribuidas en múltiples zonas, lo que complica la sectorización y el control de los apagones.
Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes para evitar las pérdidas. Según Valenzuela, en menos de un mes el parque industrial de Ambato ha registrado otras 64 horas sin energía, lo que ha afectado gravemente los procesos de producción.
“Estamos colaborando con la Empresa Eléctrica Ambato (Eeasa) para coordinar los cortes de manera que perjudiquen lo menos posible, pero el impacto en la industria es evidente”, aseguró Valenzuela.
Una crisis que se acumula
La situación es crítica no solo por los apagones, sino también por otros eventos recientes que han complicado la recuperación económica de las empresas. Desde el paro nacional de 2019, pasando por la pandemia de COVID-19 y los problemas derivados de la inseguridad y el narcotráfico, el sector industrial ha enfrentado una serie de obstáculos. Ahora, los cortes eléctricos representan una nueva barrera para la estabilidad y el crecimiento.
“Esta semana apenas hemos trabajado dos días completos”, comenta Patricio Albán, gerente del parque industrial. Desde las 17:00 del martes 12 de noviembre, los apagones han sido continuos y el suministro de energía no se restablecerá hasta el viernes 15 de noviembre a las 09:00, generando incertidumbre en el sector.
Para sobrellevar la situación, algunas empresas han reorganizado sus horarios, trabajando en turnos nocturnos y los fines de semana.
La curtiembre Promepell, por ejemplo, ha ajustado los turnos de sus 40 empleados para maximizar la producción durante las horas en que sí hay energía. Sin embargo, como explica César Gavilánez, gerente de la empresa, el uso de generadores no es viable en este caso, ya que los gases emitidos por los motores podrían afectar la calidad del cuero que procesan. “Nos hemos visto forzados a trabajar en condiciones extremadamente difíciles”, asegura Gavilánez.
Impacto en el empleo y la economía local
El presidente de la CIPT advierte que esta situación pone en riesgo la estabilidad laboral de los trabajadores del parque industrial. “Si las fábricas no pueden operar, los empleados no pueden cobrar sus salarios. Es un efecto dominó que afecta a todos”, explica Valenzuela. La caída en la producción se estima en un 35 % respecto al año anterior, lo que ha llevado a algunas empresas a enviar a sus empleados de vacaciones para reducir las pérdidas.
Según la Cámara de Industrias de Tungurahua, el consumo energético del sector industrial representa el 10% del total nacional. “Hay empresas que han intentado adaptarse consiguiendo energía por otros medios, pero la mayoría no ha logrado hacerlo por diferentes circunstancias, lo que resulta en graves pérdidas económicas y riesgos de recortes de personal”, añade Valenzuela.
Las ventas en el sector industrial han caído en un 40% en lo que va del año, y las expectativas de una recuperación hacia fin de año se desvanecen con cada nuevo corte de energía.
Gavilánez pide al Gobierno que considere exoneraciones tributarias para ayudar a las empresas a sobrellevar la crisis y preservar los empleos.
“Estamos en un momento crítico. Los constantes apagones generan una incertidumbre sin precedentes en el sector productivo. No podemos planificar a largo plazo, lo que pone en riesgo a miles de empleos”, afirma el gerente de Promepell.
Se estima que en el parque industrial de Ambato, que ocupa tres hectáreas, cada mes se facturaban 400 millones de dólares. En la actualidad, apenas 44 empresas de las 110 están operando al 100%, aprovechando los días y las noches sin cortes para recuperar la producción.
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