Los ladridos de Leyco alertaron a Bolívar Chica. El perro había hallado el cuerpo de la pequeña Naomi Infante Salazar, quien murió ahogada la tarde del domingo 10 de diciembre en el río Catarama de la playita San Antonio, parroquia Barreiro, cantón Babahoyo, Los Ríos.

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Todo ocurrió en cuestión de segundos cuando la niña, de 9 años, se hundió, aparentemente, por ayudar a otro menor de edad que también se ahogaba en el afluente.

Al escuchar el alboroto y el llanto de los familiares de Naomi, Bolívar, de 62 años, salió de su domicilio para ir al río con unos amigos y su mascota. “Yo soy pesquero desde muy joven y ya conocemos el comportamiento de la corriente. Nos lanzamos a buscar y Leyco nunca se separó de nosotros, por más que lo ahuyentamos hacia la orilla”, explicó el hombre.

La búsqueda estaba por terminar, pero Bolívar recordó las palabras de su padre, quien siempre le decía que no se diera por vencido. “En el último intento el perro empezó a ladrar y a hundirse conmigo, entonces me sumergí y ahí estaba el cuerpo, bocabajo”.

Bolívar sacó el cadáver de la niña del afluente y se lo entregó a sus familiares.

Rocío Salazar, madre de la niña, lloraba desconsoladamente mientras sostenía el cuerpo de su pequeña en brazos. Acto seguido, los familiares de la menor de edad la embarcaron en un triciclo para llevársela a su domicilio. Allí la colocaron sobre una mesa de madera hasta que sus progenitores consiguieron un féretro.

Nallely Párraga, prima de la menor de edad, contó que esa tarde Rocío fue a bañarse al río con sus cinco hijos y esposo. “Quizás el niño que se estaba hundiendo la jaló en la desesperación, pero a él lo salvó el papá que estaba cerca”, mencionó la allegada.

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