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Angustia y desesperación en la playa Las Palmas, ¿por qué motivo?
Una estudiante desapareció en el mar cuando estaba disfrutando con unos amigos
En las orillas del balneario Las Palmas, en el sur de Esmeraldas, la brisa marina se tornó en un susurro de desesperación y angustia. En un día de sol radiante, la tragedia había golpeado a una familia y a un grupo de jóvenes estudiantes que disfrutaba de un día de diversión en la playa.
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Las risas y juegos de un grupo de amigos resonaban entre las olas, hasta las 15:00 del viernes 4 de octubre de 2024. Pero esa alegría se tornó en horror cuando tres de ellos se adentraron en el mar. Las olas, traicioneras y voraces, se llevaron a Darly, de 13 años, en un instante. Sus amigos, aterrados, vieron cómo la corriente se la tragaba.
La playa se transformó en un escenario de angustia. Los gritos de los amigos se mezclaban con los llantos de los familiares que, al enterarse de la tragedia, corrieron. “¡Darly, vuelve! ¡Estamos aquí!” clamaban, mientras las olas parecían burlarse de su desesperación.
SIGUIERON CON BÚSQUEDA
La búsqueda comenzó de inmediato. Jóvenes se lanzaron al agua. La noche cayó y con ella la esperanza se desvaneció. Desde la madrugada de este sábado 5 de octubre, familiares y amigos se agruparon en la orilla, con rostros marcados por la resignación y la tristeza.
“Sabemos que es difícil, pero no podemos rendirnos”, decía entre lágrimas la madre de Darly, con voz temblorosa. La atmósfera en la playa era densa; el sol brillaba intensamente. Las miradas en la playa eran una mezcla de esperanza y desolación.
A medida que avanzaba la mañana, la angustia se hacía palpable. Cada segundo que pasaba sin noticias de Darly era un golpe más al corazón de sus seres queridos. La búsqueda de Darly continuaba, y con cada ola que rompía, un susurro de amor y esperanza se elevaba al cielo.
ASISTENCIA DE COMUNIDAD
La búsqueda se intensificó, pero el mar guardaba silencio. La tragedia había dejado una huella imborrable en Las Palmas, un lugar que, en un día soleado, se había convertido en el epicentro de la tristeza.
La comunidad se unió, llevando comida y agua a quienes esperaban en la playa, respaldando a la familia de la menor de edad desaparecida en el mar.
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