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Opinión
Editorial: Gobernar no es ganar
Hay urgencias en seguridad y economía que no pueden esperar más tiempo, y son las grandes pruebas del nuevo Gobierno
Luego del chuchaqui electoral, es necesaria la reflexión sobre lo que queda sobre la mesa en Carondelet y cómo entender este triunfo holgado sobre la sombra del correísmo. Con humildad, pero con firmeza, hay que reconocer que no tiene carta libre para desobedecer los pedidos del pueblo.
Ese voto mayoritario se traduce en una nueva oportunidad que los ecuatorianos le han dado al presidente de la República para enmendar las maniobras erráticas cometidas en año y medio, y entender que existen ciudadanos que piensan diferente, pero no por eso deben ser excluidos ni perseguidos. Tender puentes, negociar y retomar el discurso que una al país, pero con el valor agregado de la solución a todos los males.
Pero también debe comprender que esto no es para mañana, ¡es para ya!, como dicen en el barrio. Hay urgencias en seguridad y economía que no pueden esperar más tiempo, y son las grandes pruebas del nuevo Gobierno. Y solo si estas primeras decisiones tienen un efecto esperanzador, su proyecto de una Constituyente podrá tener un piso firme.
De lo contrario, este capital político que hoy parece imbatible se le puede esfumar como agua entre los dedos. Gobernar con mayoría no es lo mismo que gobernar bien, y el verdadero respaldo se mide cuando llegan las facturas del poder.