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Liga de Quito vs. Flamengo: El día que los albos se empataron solitos
Vitamina Sánchez -por lo visto en sus últimos juegos- sale a encontrarse el partido: no a gestionarlo y menos, a ensayarlo para salir con la victoria
Vitamina sale a ver qué pasa, no a imponer su idea. Y así, lo que pasa es que no gana. En sus últimos juegos repite carencias: no muestra el correr de una idea, no alcanza a proponer. Los blancos salen a buscar el partido y, como ante Flamengo, no lo encuentran.
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Ante la ausencia de partitura, la orquesta suena a lo que puede, a que el solista les salve el concierto: se confía en el hallazgo, en que (por ahí) se conecten dos jugadores y generen la diferencia.
Jugar bajo esa tensión contamina al plantel, que luce apremiado y confuso. Pobre cuando tuvo el balón, errático en la contención, ofuscado en la salida, desatinado en el detalle: Liga cae en angustia y los mejores, los VIP, ceden ante un entorno mediocre y estresado.
Liga tiene con qué hacer diferencia. Pero al pasar de los minutos, sus cracks pierden la poca paciencia, desechan la cordura y claridad e insisten en inventarse el juego: pero los partidos no se inventan, se ensayan.
Vitamina y sus coartadas
Vitamina y sus declaraciones desconcertantes: cuando empató a Central Córdova, su verso fue fatal. Más menos palabras, dijo que fue sorprendido por un rival intenso, que los argentinos son intensos y acá no lo somos tanto: ¡andá!
En una pelea de box, el ganador sabe, exactamente, segundo a segundo, cómo pelea su rival: qué golpes utiliza, cuándo hay que atacar, en qué momento es vulnerable, cómo aprovechar esos segundos. Asesta los golpes ensayados y mira a su contrario caer a la lona.
La declaración aquella es un búmeran: Sánchez descubre que su rival es intenso, en cancha, cuando le superan. Se entiende, así, que no hizo el estudio minucioso del rival, que no sabían qué tipo de juego les iban a correr. ¿Y el cuerpo técnico y el asistente? ¡Mal, gracias!
En Casa Blanca, Flamengo hizo lo suyo: al constatar que el rival no tiene idea ni variantes, por momentos, parecía que era el local. La defensa de Liga, Adé incluido, ofuscada: con más insistencia, el Mengao se le carga el partido.
Filipe Luis tampoco se animó a correr riesgos y preservó el estado de las cosas: un punto en la altura, ante el rival directo. En Ipanema (como le jugó la Liga) el Mengao le blanquea. ¡Pilas, Vitamina!
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