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Opinión

Editorial: La oportunidad para cambiar

Con un alcalde distraído en defender su gestión, los proyectos podrían paralizarse, causando aún más daño a la ciudad

Los habitantes de Quito son los únicos perjudicados en el embrollo en el que está envuelto su alcalde, tras el proceso de revocatoria aprobado por el Tribunal Contencioso Electoral, que ha generado opiniones divididas. Más allá de ser un mecanismo que también impulsa la evaluación de la gestión del principal funcionario, este proceso provoca inestabilidad en el Municipio capitalino, lo que se traduce en un estancamiento del trabajo.

Con un alcalde distraído en defender su gestión, los proyectos podrían paralizarse, causando aún más daño a la ciudad. Quito, ahora más que nunca, necesita que sus autoridades reaccionen y atiendan con urgencia problemas como la movilidad, el mantenimiento vial, la seguridad y la acumulación de basura, que deterioran la calidad de vida de los quiteños.

Que este proceso sirva como un llamado de atención para que el alcalde reflexione, abra los ojos y priorice el desarrollo de la ciudad con una inversión eficiente y efectiva. La política no puede convertirse en un obstáculo para el progreso, y los quiteños merecen soluciones. Todavía está a tiempo de corregir errores y enderezar su gestión, cambiando su actitud y, con ello, también la cara de Quito.